Su nombre, tan apreciado por reyes y emperadores a lo largo de los tiempos, significa Príncipe de la paz. Su posición, como futuro soberano de los daneses y como heredero del trono más viejo de Europa, supone un inmenso reto a la hora de mantener la dinastía en un reino en el que la monarquía tiene tanto peso, que no existe, a día de hoy, ni una sola formación política que abogue por una república.
Alejado de la sombra de su madre, la Reina
Él, Federico, heredará de su madre, la [reina Margarita II], un país industrializado y uno de los socios más prósperos de la Unión Europea. Y él, según ha reconocido, también, en la última entrevista concedida a la revista inglesa Wallpaper: " ha de ir delimitando cada día su papel porque no existe un rol concreto y definido para su posición como príncipe heredero"... y él es el más interesado en buscar un perfil propio un poco alejado de la sombra de su madre."Tengo diferente crianza y educación que mi madre... La Reina tiene una perspectiva muy amplia de lo que la rodea y la gente se siente muy cómoda a su lado. Últimamente, hemos compartido experiencias y eso nos ha acercado más el uno al otro. Con la Reina, entre otras disciplinas, comparto el interés hacia el diseño. Pese a que ella es una artista y tenemos diferentes visiones a la hora de interpretar este mundo a ambos nos enriquece discutir sobre estos temas.
El Príncipe es conocido como Pingo entre los submarinistas
En secreto, corrió hace años un maratón de 42 kilómetros en 3. horas, 22 minutos y 50 segundos. En su camiseta, sudada, aparecía el eslogan: "Pain is only Weaknees leaving the body", que quiere decir algo así como: "El dolor es una liberación de la debilidad del cuerpo"... En 1994, cuando pidió plaza para entrar en el Cuerpo de elite de Submarinistas sólo eligieron a cuatro entre 300 solicitantes y uno de ellos fue el príncipe Federico. Pingo -así se le conocía entre sus compañeros de inmersión- tuvo claro y así lo dijo públicamente, que lo habían elegido por sus dotes y no por sus títulos.