Matilde de los belgas, acompañada por su esposo, el rey Felipe, se ha reunido este lunes con el papa Francisco, en el que supone su primer encuentro oficial en el Vaticano y lo ha hecho con las inseparables muletas que le ayudan desde que hace unos días se lesionara la rodilla.
Durante el encuentro, que duró unos veinte minutos, los reyes de Bélgica conversaron sobre inmigración, educación de los jóvenes y el futuro de Europa, Se trata de la primera visita oficial de la pareja real, la cual estaba acompañada por una delegación de unas doce personas, pero sin sus cuatro hijos.
Durante su reunión en el Palacio Apostólico del Vaticano, el papa y los reyes de Bélgica también confirmaron las "buenas relaciones" que existen entre Bélgica y la Santa Sede. Finalmente, los reyes belgas mantuvieron un encuentro con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y con el secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher.
La visita estaba programada para el pasado 12 de diciembre, pero ese día se celebró en Bruselas el funeral por la reina Fabiola por lo que la audiencia con el Santo Padre fue aplazada. El viaje a la Santa Sede forma parte de la gira que los soberanos belgas vienen realizando por diversos países con el objeto de presentarse como los nuevos Jefes de Estado de Bélgica, tras la investidura del rey Felipe en el verano de 2013. Los reyes Felipe y Matilde ya han sido recibidos por, entre otros, la reina Isabel de Inglaterra, el presidente Hollande de Francia y la cancillera alemana Angela Merkel.
La reina, vestida toda de blanco y con mantilla, llegó en silla de ruedas, que cambió posteriormente por las muletas. Además de estos apoyos, la reina Matilde luce desde el día de su accidente una llamativa férula metálica en la rodilla, motivo por el cual, según ha contado, sus hijos la llaman "mamá Robocop".
Matilde de los belgas hizo esta confesión el pasado viernes en Washington, ciudad adonde viajó para estar presente en el simposio El impacto de la guerra y los disturbios civiles en la mujeres jóvenes en el que fue la ponente principal
Su apretada agenda oficial no se ha resentido en absoluto. La soberana está imparable: no sólo no ha cancelado ni uno solo de sus compromisos, sino que ha ido donde hiciera falta con sus muletas. Dentro y fuera del reino.