Luisa María de Bélgica: digna sucesora de la belleza de su abuela, la dulce Paola
Del mosaico de miles de imágenes inolvidables que conformaron la histórica celebración de la Fiesta del Rey con motivo de la investidura de Felipe y Matilde de Bélgica, permanece grabada en nuestra retina este bello retrato de la princesa Luisa María, que recuerda los años dorados del reinado de glamour de la dulce Paola. La cuarta hija de la princesa Astrid, y digna sucesora de la belleza de su abuela, acaparó todas las miradas tras haber culminado su metamorfosis de niña a mujer -nació en 1995- y se presentó al mundo convertida en una Princesa en todo su esplendor con un tocado muy juvenil de plumas y rosas de colores y un vestido minifaldero con cuerpo entallado y falda de vuelo en tonos rosas. Un déjà vu de la reina Paola en sus años de juventud.
Paola Ruffo di Calabria (11 de septiembre de 1937, Forte dei Marmi, Italia) fue icono de belleza y elegancia como en su momento lo fueron Grace y Carolina de Mónaco y ahora lo son la Duquesa de Cambridge, la Princesa de Asturias, Mary de Dinamarca, Carlota Casiraghi o Magdalena de Suecia. Fue la Princesa guapa de su época. Dotada de encanto irresistible, comenzó a escribir su propia leyenda tras su matrimonio con Alberto de Bélgica (2 de julio de 1959) con el que tuvo tres hijos: el príncipe Felipe, nacido el 15 de abril de 1960; la princesa Astrid, nacida el 5 de junio de 1962, y el príncipe Laurent, nacido el 19 de octubre de 1963. Su poder de seducción la erigió en reina de portadas y su efecto Hamelín en modelo de miles de mujeres que siguieron a rajatabla las tendencias que ella dictaba. Todo apunta a que la princesa Luisa María tomará el relevo.