'Nacida para reina', de Fermín J. Urbiola, es la primera biografía escrita por un español sobre la reina Fabiola
Por primera vez, el testimonio inédito de los amigos y familiares de Fabiola de Bélgica, con motivo del 50 aniversario de la boda del rey Balduino y Fabiola
Uno de los primeros trabajos de Fermín J. Urbiola, sin terminar todavía sus estudios en la Facultad de periodismo de Pamplona, fue narrar todo lo que vio en el ingreso de don Juan de Borbón -padre del rey Juan Carlos- en la Clínica Universitaria de Navarra, durante los casi 6 meses de hospitalización, y hasta su fatal desenlace, el 1 de abril de 1993. Urbiola es un periodista de múltiples registros, desde una corresponsalía de guerra en Bosnia-Herzegovina hasta la información económica. Ha trabajado para la Cadena SER, COPE, Radio Voz, Radio España, Europa press y Expansión. Y en 1998 funda un prestigioso despacho de comunicación y relaciones públicas, que él mismo preside, Urbiola Comunicación, en el que asesora a importantes compañías y personas de muy diversos sectores nacionales e internacionales.
En 2008 publicó su primer libro, ya best seller, La sonrisa que cautivó a España, una biografía con fotografías inéditas sobre la reina Sofía. Y acaba de publicar su segundo libro Nacida para reina. Fabiola, una española en la corte de los belgas, del que en apenas cuatro semanas ya se ha editado su tercera edición, y que se está traduciendo al francés y flamenco para editarlo, de momento, en Bélgica.
- ¿Y por qué un libro de la Reina Fabiola?
Fabiola de Mora y Aragón ha sido una de las mujeres españolas más importante del siglo pasado. Ella, ha sido una de las pocas españolas que ha ocupado un trono extranjero.. Y, fíjate, ¿Qué conocemos de Fabiola? ¡Es una gran desconocida! Espero, que con Nacida para reina la podamos conocer mejor.
- Tu gran aportación son los testimonios directos de familiares y amigos de Fabiola que por primera vez han abierto sus casas a un periodista…
Y hasta la de agricultores que trabajaron las tierras de la abuela de Fabiola. Me han contado tantas anécdotas… Gracias a ellos, he accedido a cartas manuscritas, documentos y fotografías inéditas de Fabiola, que conservan marquesas, duquesas y condesas que conocieron y siguen tratando a la Reina Fabiola. A todos ellos, personas de todas las clases sociales, dedico la introducción del libro, en el que les agradezco su confianza, sus testimonios vivos, sinceros y algunos emocionados.
- Bueno, hasta te ha recibido la Duquesa de Alba para hablar de la reina Fabiola
De todas las personas con las que he podido hablar, la entrevista de la Duquesa de Alba fue muy especial. Me recibió en su casa de Sevilla, en el palacio de Dueñas. Lo que más me alegró fue ver el cariño con el que le cuidan en su casa, Lola Moralí, su secretaria personal es un tesoro.
- ¿Y qué te contó…?
Sus vivencias con Fabiola, su relación con ella, y muchas más cosas, que aparecen en el epílogo del libro. Se conocieron siendo niñas. Fabiola y Cayetana tuvieron mucho trato en Lausana, en el exilio, junto a la familia real española. En la boda de Fabiola, tras el convite comenzó la música. Don Juan Carlos, nuestro rey, bailó el primer vals con la duquesa de Alba.
- Es un libro muy fácil de leer…
Eso me estáis diciendo quienes lo habéis leído, que la narración es muy ágil. ¡Para mi es el mejor piropo! Comienzo el relato con el nacimiento de Fabiola, describiendo cómo es la España de 1928, donde residían alrededor de 23 millones de personas. Primero sitúo a la protagonista, a Fabiola, en su ambiente, su familia, sus amigos -Alfonso XIII, buen amigo del padre de Fabiola, visitaba la casa de Fabiola-. Cuento cómo eran aquellos momentos, política y socialmente, que nuestros abuelos vivieron, y que muchos de nosotros desconocemos.
- Después, su primer exilio, en 1931, en Biarritz, y el segundo en el hotel Royal de Lausana
Allí en Lausana, con ocho años Fabiola era una chica retraída, seria… Al volver a España, en 1939 se sorprenden al ver que su casa había sido el cuartel general de la pasionaria… Con once años Fabiola sufre al ver una España destrozada por la guerra. Desde que nació, a Fabiola siempre le llamaban en su casa la Reina, de ahí el título del libro… Nacida para reina. Iba en autobús al colegio. Mientras se suceden los enfrentamientos bélicos en Europa, y desde siempre, Fabiola comienza a ayudar a los demás en una España con grandes necesidades. Hablo de su relación con su hermano Jaime de Mora y Aragón, también.
- Y Fabiola cumple 18 años…
Sí, y sus amigas me detallen, y así lo cuento en el libro, cómo celebró su puesta de largo. ¡Fue un fiestón! Con 24 años compuso un vals que registró en la SGAE, bajo el seudónimo de Cleopatra. Después de su periodo de formación básica, Fabiola se incorporó a la sanidad militar para iniciar los cursos de enfermera. Fabiola es enfermera, como la reina Sofía.
- ¿Y sus aficiones?
Fíjate, además de componer, Fabiola con 27 años publicó un libro de cuentos: Los doce cuentos maravillosos. Como le encantaba contar historias a sus sobrinos, seleccionó las doce mejores y se lanzó a publicarlos. Fue un fracaso editorial, por lo que después fue regalando el libro de cuentos a los niños que visitaba en los hospitales. A los 29 años, Fabiola trabajaba en el hospital militar Gómez Ulla de Madrid… y un mensaje de su madrina, la reina Victoria Eugenia le cambió la vida. Me lo han confirmado varias amigas de Fabiola, y un peluquero que hoy vive jubilado en el viejo Madrid me dio muchos detalles… ¡Todo lo cuento en el libro!
- ¿Cuáles?
Con 29 años Fabiola recibe la invitación a una fiesta que organiza la reina Victoria Eugenia en Lausana. El objetivo era que Fabiola acompañara a la infanta Pilar, la hija mayor de los condes de Barcelona, don Juan y doña Mercedes. Victoria Eugenia quería que su nieta Pilar conociera a un joven distinguido de la realeza europea que asistiría a la cita. Ni más ni menos que al rey Balduino de Bélgica.
- ¿Y que pasó?
Pues que a la Infanta Pilar no le gustó Balduino. Y Balduino se quedó prendado de Fabiola… A partir de ahí Balduino va detrás de Fabiola, hasta el punto que el rey Balduino envía a una persona a España a buscar a Fabiola... Verónica O´Brien. Mientras, hubo correspondencia entre ambos. El milagro que narro en el libro es que Fabiola dijera sí a todo un Rey… Fabiola, jamás se quiso marchar de España, y menos para ser una reina. ¡Le parecía de chiste!
- ¿Y Fabiola tuvo, también, ese flechazo en Lausana?
También se “pilló” en aquel encuentro con Balduino, pero había un problema para Fabiola, que era Rey… Eso le bloqueaba… Pero Fabiola sí, también, notó un pellizco en el estómago cuando conoció a Balduino… Después muere, inesperadamente el padre de Fabiola, Gonzalo, en Madrid. Fue un duro golpe para ella.
- ¿Y cómo es Fabiola a los treinta años?
Muy moderna ¡rompedora!. Fíjate que se independizó de la casa de sus padres y todo. Se fue del palacio familiar de Zurbano a un piso en la calle Braganza. ¡Y eso en aquellos años estaba muy mal visto! ¡Ah! Y antes, se hizo una operación de estética para arreglarse la nariz. Y, también era, muy generosa. Se entregaba y mucho a los demás. Este detalle de su carácter me lo han destacado todas sus amigas.
- ¿Y de Balduino que cuentas…?
Su historia de amor, su verdadero amor fue Fabiola. Fíjate, él parafraseando a El pequeño príncipe del genial Saint-Exupéry, dijo de su relación con Fabiola : «Amar no consiste en mirarse el uno al otro, sino en mirar juntos en la misma dirección». Es paradójico que la leyenda del escudo belga es “La unión hace la fuerza”. Cuento cómo es realmente, su niñez, su juventud… Al recibir la corona, que nunca deseó -ya que su padre Leopoldo III abdicó- dijo: “Papá, yo seré digno de ti”. Y el hombre, por entonces misterioso y silencioso, de quien se sabía pocas cosas logra, junto a Fabiola, el periodo histórico más próspero de Bélgica.
- ¿Y cuándo se anuncia el compromiso?
Fue un sorpresón. Salvo las familias de ambos y unos pocos del entorno más cercano, nadie sabía nada. La noticia era inimaginable. ¿Una reina que no era de sangre azul? Y eso ocurrió hace 50 años… ¡aquello fue la bomba! El 16 de septiembre de 1960 se anuncia el compromiso, por radio, al mundo entero. Y a partir de ahí… el boom, en España y Bélgica fue como el que vivimos con el compromiso de Don Felipe y doña Letizia. La historia se repite…
Imagínate, hasta se creó una barra de pan, que todos compraban que se llamaba Fabiola. Un chef me ha contado que era distinta del resto porque llevaba más mantequilla. Decenas de homenajes, previos a la boda, en España y Portugal. Carmen Polo entregó a Fabiola, en nombre de España una diadema, que antes de llevársela al palacete de Zurbano, Carmen Martínez Bordiú se la probó en El Pardo, en la cama, ya que tenía sarampión, eso me lo contó la propia Carmen.
- Y, después, la boda…
Así es, hace 50 años, el 15 de diciembre de 1960. Cuento muchas anécdotas de aquellos momentos. Por ejemplo, una íntima amiga de Fabiola, que nunca hasta ahora había hablado con un periodista sobre esto, me contó que una vez casada Fabiola, enseguida quiso saber qué le gustaba comer a su marido. Su amiga vio cómo llevaba de primera mano la casa. El palacio, quiero decir. Y fíjate, si ella era lo más en la sociedad, en la aristocracia, y lo primero que le brota al llegar al palacio es ir a la cocina... Pero es que Fabiola -me comentaba su amiga- siguió siendo la misma, a pesar de su nueva vida. Y siguió quedando con sus amigas de siempre, cuando podía, claro. Ha sido muy fiel a sus amigas, todas sus amigas me han asegurado lo mismo. Aquella ceremonia fue la primera retransmisión de Televisión Española en directo desde el exterior, a través de Eurovisión… Y son muchos con los que he hablado y recuerdan aquel momento. Los más privilegiados, como Antonio, me contaba que vio la retransmisión con su familia en su casa de la calle velázquez, en Madrid. Consiguieron en aquellos años la televisión, a través de un piloto amigo que se lo trajo de Estados Unidos. El resto, en las calles de toda la geografía española, abarrotaron los escaparates de las tiendas delante de los televisores para no perderse detalle de la ceremonia.
- ¿Y su familia qué te ha contado?
Muchas cosas que se pueden leer en el libro, me hizo mucha gracia lo que un familiar me contó: “cuando me enteré de la boda y de que, además, se iba a la otra punta del mundo, porque entonces Bruselas no estaba tan cerca como hoy, me llevé un chasco morrocotudo”. Es una evidencia más de la autenticidad y cariño de Fabiola, que siempre ha tenido entre los suyos. Por algo será…
- ¿Y después de la boda?
Fabiola se desprendió de buena parte de los regalos recibidos y eludió muchos de los numerosos homenajes con los que pretendían agasajarla durante el segundo semestre del año 1960 en España. Una buena lección de la que podríamos aprender…
- Pero no tuvieron hijos…
Y te responderé con palabras de Fabiola: «Perdí cinco niños, pero he aprendido a vivir con ello. Nos hemos preguntado -se refiere a ella y a Balduino- por el sentido de este sufrimiento: poco a poco hemos ido comprendiendo que nuestro corazón estaba así más libre para amar a todos los niños, absolutamente a todos”.
- Quizá eso fue lo más duro en la vida de Fabiola
Sin duda con los 5 abortos sufrió, y mucho. Pero aquel sábado, 31 de julio de 1993, fue terrorífico para ella. Al final de una larga tarde de sol, Fabiola ultimaba los preparativos para la cena. El rey Balduino descansaba en la terraza de la primera planta de su casa de Motril. Pasaban unos minutos de las 21.30. Todo estaba a punto y Fabiola alzó ligeramente la voz para que Balduino se incorporara a la mesa. Parecía no haberlo oído. Dos avisos más... pero no hubo respuesta. El Rey se había desplomado y permanecía sin sentido en la terraza. Fabiola entendió el porqué de sus silencios, se alarmó, llamó al servicio... Balduino había muerto. Y vaya lección nos dio, con aquel discreto adiós de Balduino lleno de dolor y serenidad
- Y recibió del pueblo belga más de 350.000 cartas de cariño…
Que respondió una a una durante varios meses. Fabiola transformó su carácter, que fue mucho más extrovertido al casarse con Balduino. Incluso ella misma asegura sobre Balduino que “verlo y escucharlo, con buena o mala salud, en sus penas y alegrías profundas a lo largo de nuestros 33 años en común, me hizo crecer”.
- ¿Y Cómo está de salud, Fabiola, hoy a sus 82 años?
Hace año y medio sufrió una grave bronconeumonía, tras una operación de tiroides. Estuvo ingresada en la unidad de cuidados intensivos veinticuatro días, y pensé lo peor… Hoy, si le preguntas a muchos belgas cuál es la figura más emblemática del país, dudarían entre el Maneken Pis –“Niño que orina”, la popular estatua de bronce situada en el centro histórico de Bruselas y la reina Fabiola, la viuda del rey Balduino. Como me dijo la duquesa de Alba… “Fabiola siempre ha sido una persona intachable. Ella no ha metido la pata nunca, nunca”.