La fría relación entre el duque de Edimburgo y Sarah Ferguson, protagonista de la boda real
En los noventa la relación entre la mujer del príncipe Andrés y su suegro se hizo trizas, ahora la pregunta es: ¿coincidirán en el enlace de Eugenia de York y Jack Brooksbank?
Desde que se dio a conocer el compromiso entre Eugenia de York y Jack Brooksbank todas las miradas se dirigieron a los otros protagonistas de esta boda real: el duque de Edimburgo y Sarah Ferguson. El abuelo y la madre de la novia han vivido una relación de encuentros y desencuentros, marcada por el escándalo protagonizado por ella en los noventa y que los medios británicos califican en la actualidad de "muy tensa". ¿Se encontrarán en el Castillo de Windsor el próximo 12 de octubre?
Son varios los medios del Reino Unido que barajan la posibilidad de que el marido de la reina de Inglaterra sea el gran ausente en el próximo enlance Windsor. Por un lado, no pasa por alto que el marido de la Reina de Inglaterra tiene 97 años, está retirado de la vida oficial y este año se ha sometido a una operación de cadera; por otro lado, esta sería la excusa perfecta para evitar lo que muchos quieren ver desde hace dos décadas: su encuentro con Sarah Ferguson.
Es evidente que en los últimos meses se ha hecho el ejercicio de normalizar la presencia de Sarah Ferguson entre los Windsor, muestra de ello fue su presencia en la boda de los duques de Sussex (hay que recordar que a la boda de los duques de Cambridge no fue invitada), en las carreras reales de Ascot junto a la Reina y en el Castillo de Balmoral durante este verano. Sin embargo, la prensa británica advierte que el príncipe Felipe no olvida ese fatídico verano de 1992 en el que su buena relación con la madre de Eugenia y Beatriz de York saltó por los aires.
Sarah Ferguson se casó con el príncipe Andrés en 1986 y tras su boda se decía que la pelirroja, a la que los británicos apodaron Fergie, era la nuera favorita del duque de Edimburgo, más extrovertida que la Diana de entonces. En 1992 comenzaron entre el matrimonio las desavenencias que terminaron en el divorcio que se firmó en 1996. Durante ese tiempo, mientras algunos deseaban que los duques de York se reconciliaran, las fotografías en actitud íntima de la todavía mujer del Príncipe con John Bryan, al que definió como su asesor financiero, dieron la vuelta al mundo. Cuando las imágenes salieron a la luz Sarah Ferguson estaba quedándose con los Windsor en el Castillo de Balmoral. Las fotos marcaran un antes y un después con sus suegros y en particular con el príncipe Felipe, que al parecer desde entonces no ha querido volver a coincidir con ella.
Tampoco ayudó a limar esas asperezas lo sucedido en el año 2010, el segundo gran escándalo que dinamitó la imagen de Sarah Ferguson para algunos de forma irreversible. El medio News of the World publicó un vídeo en el que la duquesa de York acepta un maletín con 32.000 euros, como anticipo de los 575.000 euros que ella pide a un periodista que se hacía pasar por empresario, a cambio de conseguirle una cita con su ex marido, el príncipe Andrés, que es Representante Especial para el Comercio y las Inversiones de Reino Unido. Han pasado ocho años y ella ha pedido perdón en repetidas ocasiones, sin embargo, este asunto no parece del todo cerrado ya que Sarah Ferguson abandonó este verano de forma repentina la última entrevista en la que fue preguntada por este tema.
Ha sido durante este verano, también en la residencia escocesa de Balmoral, donde según The Sun ha tenido lugar el último casi encuentro o, más bien, desencuentro entre ellos. El citado medio asegura que Sarah Ferguson, que fue fotografiada allí a su llegada junto al príncipe Andrés y sus hijas, abandonó la casa en la que estaba pasando unos días de vacaciones con la Reina justo un día antes de que el duque de Edimburgo llegara.
Frente a la historia de desencuentros con su suegro, si de algo pueden presumir Sarah Ferguson y el príncipe Andrés es de ser los divorciados ideales. La pareja ha mantenido una excelente amistad después de la ruptura hasta el punto de comprar juntos un chalet en Suiza para sus vacaciones y de compartir residencia oficial. No hay que olvidar que en el año 2000 el propio duque de York dijo durante una entrevista a Tatler que no descartaba una segunda boda con la madre de sus hijas. En ese momento, cuando las palabras del hijo de la Reina recorrieron el Reino Unido, algunos, como la corresponsal real de la BBC, Jenny Bond, opinó que esa segunda boda nunca llegaría ya que la Familia Real evitaría que esto sucediera. Lo cierto es que 18 años después ese segundo "sí, quiero" no se ha producido.
Algunos medios británicos aseguran que el duque de Edimburgo se niega a coincidir con la que un día fue Alteza Real y conservó el título de duquesa de York después de su divorcio. En ese sentido, el Príncipe hizo una excepción en la boda del príncipe Harry aunque en ese caso el protagonismo de Sarah Ferguson era mucho menor. Mientras que el príncipe Andrés, Eugenia y Beatriz de York llegaron juntos con el brillo y el protocolo que rodea la entrada de los miembros de la Familia Real, Sarah Ferguson había llegado al Castillo de Windsor en solitario y como una invitada más, ella fue recibida por su futuro yerno, Jack Brooksbank, con el que se fundió en el más largo de los abrazos que se vieron ese día en el condado de Berkshire.
La Sarah Ferguson que se llegará el próximo 12 de octubre a la Capilla de San Jorge se vaticina muy diferente. Salvando las distancias con Doria Ragland, la madre de Meghan Markle, que tuvo un protagonismo inesperado ante la ausencia de su padre, como madre de la novia le aguarda un lugar preferente en la capilla y casi a la altura del que ocupan los Windsor. Eso sin olvidar que será la anfitriona junto al príncipe Andrés de las dos de las tres celebraciones que seguirán al servicio religioso. Todas las miradas estarán puestas en ella y en el duque de Edimburgo… ¡y la cuenta atrás ya está en marcha!