Arte y realeza han caminado siempre de la mano a lo largo de historia. Los miembros reales han sido los mejores mecenas época tras época, movimiento tras movimiento, artista tras artista. Y en este transitar juntos no han faltado príncipes ni reyes que hayan cruzado al otro lado y hayan cultivado también su vena artística, como Margarita de Dinamarca, Carlos Felipe de Suecia o ahora también Nicolás de Grecia, que hace unos meses expuso con éxito su primera colección de fotografía.
El príncipe Nicolás fue invitado a participar en la Conferencia Internacional de Arte, Tecnología, creatividad y la ciudad, que se celebra estos días, del 12 al 16 de marzo, en Doha, Qatar. El Príncipe exhibió parte de su obra con motivo de la conferencia y, acompañado por su admiradora número 1 -su esposa, la princesa Tatiana- posó ante una de sus impresionantes fotografías con motivo rocoso. La Princesa, elegantísima como siempre -esta vez con un conjunto en blanco y negro como la imagen protagonista-, compartió el momento en sus redes sociales con el siguente mensaje "De pie junto a #Natsikap con el artista :-)".
El Príncipe concedió también con motivo de la conferencia una entrevista para una revista especializada en arte, Yatzer. Reveló como empezó una pasión que, visto el éxito de sus primeros trabajos, puede que llegue el día en el que desemboque en profesión. Cayó en sus manos la primera cámara de fotos cuando siendo un niño se le regalaron por su cumpleaños. Con los años su afición fue creciendo y su equipo, también, que ganó en sofisticación con lentes más potentes, cámaras más profesionales...
Pero en un viaje a Bangkok, cuando montaba en canoa, perdió por culpa del agua todo el instrumental fotográfico atesorado a lo largo de los años… y, disgustado, perdió también el interés. Siguió trabajando sin embargo con cámaras prestadas, hasta que su esposa le animó a recuperar la ilusión perdida regalándole una nueva cámara.
La nueva vida en Atenas de Tatiana y Nicolás de Grecia
¿Qué piensa una al convertirse en Princesa? Tatiana de Grecia lo cuenta
Si bien al principio retrataba a personas, pronto advirtió que su hiperrealismo se adaptaba mejor al paisajismo, que a la fotografía figurativa, donde resaltaban las arrugas del rostro, así que cambió de registro, y el pasado noviembre obtuvo su primer éxito. Expuso en la Galeria de Christie’s su primera colección en Londres, con muy buena acogida: "Cuando el trabajo de uno está abierto al escrutinio público es muy desalentadora. En el arte, todo depende del espectador. Sin duda fue una sorpresa muy agradable la buena acogida".
El Príncipe elige paisajes mayoritariamente griegos, por su luz; usa los métodos tradicionales de revelado -nada de tecnología informática-, y a la vez innovadores al emplear finas losas de mármol blancas y aluminio como materiales de impresión, que brindan un sorprendente efecto visual. Aún no puede permitirse vivir de la fotografía –sus negocios y empresas son su principal fuente de ingresos-, aunque le encantaría dedicarse profesonalmente y le dedica a su afición todo el tiempo disponible. Aprovecha, por ejemplo, los descansos de sus viajes humanitarios para sacar el equipo y sacar las fotos más bellas. Momento en el que el Príncipe cruza y se hace artista.