La historia de Aiko de Japón y su perro 'Yuri', su particular 'Siempre a tu lado'
Aiko de Japón ha cumplido catorce navidades. Cumpleaños tras cumpleaños, diciembre tras diciembre, la hija de los príncipes herederos Naruhito y Masako ha compartido puntualmente por su gran día los tradicionales retratos oficiales que se acostumbran en la realeza. Sólo que, en su caso, la mayoría de ellos prácticamente no se diferencian unos de otros, sino por el inexorable paso del tiempo.
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Los de su niñez más temprana tenían como escenario los jardines de palacio, los posteriores se han venido realizando en la misma sala con interiores de madera y sofá blanco de su residencia en Tokio. Al margen de alguna licencia en la decoración –los almohadones amarillos (una adquisición de los últimos años) y la lámpara de pie o el marco de un cuadro que salen casualmente por el encuadre más amplio de la foto-, la sustancial diferencia es que en algunos aparece junto a sus padres y en otros posa sola. No totalmente sola, porque –he ahí la constante- en todos está acompañada por sus queridas mascotas.
El álbum de sus cumpleaños ilustra paralelamente la historia de Aiko de Japón y sus perros, su particular Siempre a tu lado. Los reales canes siguen a la Princesa por todos los posados como el cinematográfico Akita perseguía a su dueño por toda la estación de ferrocarril en la película estadounidense protagonizada por Richard Gere, basada en la historia real del pacífico perro japonés, Hachikō.
Al igual que aquel y que otros de los perros reales, Yuri, el inseparable amigo de la princesa Aiko, fue adoptado, en 2009 siendo un cachorro, en lugar de ser comprado en un establecimiento especializado. Los Herederos han inculcado a su única hija el amor por los animales con su ejemplo y han acogido sus mascotas para salvar sus vidas de un satsu-shobun, una matanza que todavía se practica en los refugios gubernamentales de Japón. El perro rescatado cambió así una incierta existencia por una larga vida en Palacio convirtiéndose en un miembro importante de la familia. Y, desde entonces, la vida pasa un cumpleaños tras otro, pero a su lado.