La realeza se vuelca en el funeral por Kardam de Bulgaria
Las Casas Reales de España, Holanda y Grecia han estado presentes en la misa celebrada en en el monasterio madrileño de Los Jerónimos
El antiguo monasterio de San Jerónimo el Real en Madrid comenzó a llenarse antes de las siete y media de la tarde para la misa funeral en memoria de Kardam de Bulgaria. Hasta allí llegaron numerosas personalidades del mundo político, social y empresarial de nuestro país, así como muchos miembros de la realeza que quisieron arropar a los padres del Príncipe de Tirnovo –Simeón de Bulgaria y doña Margarita Gómez-Acebo-, a su esposa, Miriam Ungría, y a los hijos del matrimonio, Boris y Beltrán.
Los primeros de la familia en llegar al templo han sido los príncipes Kubrat y Konstantin, que lo han hecho acompañados de sus esposas, Carla Royo-Villanova y María García de la Rasilla, y sus hijos. Al momento han llegado el rey Simeón y doña Margarita junto a la princesa Kalina – acompañada por su marido Kitín Muñoz y su hijo, Simeón- y a Kyril de Bulgaria.
- Familiares y amigos dan su último adiós a Kardam de Bulgaria
Don Felipe y doña Letizia, igual que don Juan Carlos y doña Sofia, fueron recibidos en el exterior del monasterio por la familia de Kardam de Bulgaria. Ninguno ha querido faltar al funeral del Príncipe de Tirnovo. El rey Simeón y doña Margarita siempre han tenido con don Juan Carlos y doña Sofía un trato familiar, sus hijos se criaron juntos y las excelentes relaciones han pasado de generación en generación. Algo que quedó patente en las horas posteriores al fallecimiento de Kardam, cuando doña Sofía, muy afectada, cogió un avión desde Mallorca para estar junto a ellos en el tanatorio de San Isidro.
Motivo por el cual tampoco ha faltado la infanta Elena -que también estuvo al lado de la familia del rey Simeón en el tanatorio- y la infanta Cristina, que aunque vive en Suiza en la actualidad se ha desplazado hasta Madrid para la ceremonia. A la salida del monasterio las hermanas del Rey han estado junto a su primo hermano, Pablo de Grecia, charlando en el lugar en el que les esperaban los coches.
Los Reyes de Holanda, la princesa Beatriz -antigua Reina de los Países Bajos- y su nuera la princesa Laurentien han volado hasta Madrid para estar presentes en este día. Ellos son profundos conocedores del duro momento que atraviesa la Familia Real búlgara, a la que les unen fuertes lazos de amistad, no en vano sufrieron algo muy similar. El príncipe Friso de Holanda, hermano del actual monarca, falleció en agosto de 2013 después de estar un año y medio en coma, tras quedar sepultado por un alud de nieve mientras esquiaba en la estación austriaca de Lech.
Especialmente significativo ha sido el fuerte abrazo en el que se han fundido Máxima de Holanda y Miriam Ungría, cuando la soberana llegaba a las puertas de San Jerónimo el Real, donde fue recibida, igual que el resto de miembros de la Familia Real holandesa, por los Reyes de España y los familiares de Kardam.
En ese momento se ha podido ver como Boris de Bulgaria -convertido en todo un caballero que cumplirá los 18 años el próximo 12 de octubre y que guarda un gran parecido físico con su padre- tomaba la mano de la Reina de Holanda para darle un beso o como la princesa Beatriz cerraba los ojos y abrazaba con fuerza a la viuda de Kardam. Dos mujeres a las que el destino les ha arrebatado a un ser muy querido en parecidas circunstancias.
La hermana de doña Sofía, Irene de Grecia; las hermanas de don Juan Carlos, las infantas Margarita y Pilar; Simoneta y Beltrán Gómez-Acebo; Jaime de Marichalar; el Duque de Braganza con su esposa Isabel de Herédia; Cristina de Borbón-Dos Sicilias y su marido, Pedro López de Quesada; Rosario Nadal, exmujer de Kiryl de Bulgaria; Paloma Cuevas y Enrique Ponce; Naty Abascal; Carmen Martínez Bordiú; Paloma Segrelles, Beatriz de Orleans o Elena Cue han sido algunos de los presentes en una misa multitudinaria por el que ostentara hasta hasta su muerte el título del Príncipe de Tirnovo, propio de los herederos en la monarquía búlgara. Un título que ahora ha quedado en manos de su hijo mayor, Boris, que a sus 17 años ha demostrado una gran entereza ante esta terrible pérdida.
“Boris es un chico muy preparado y, al igual que su hermano, Beltrán, muy buen hijo. Durante toda la enfermedad de su padre, los dos estuvieron a su lado, y eso en unos chicos tan pequeños refleja su madurez. Su madre, mujer de una calidad extraordinaria, nunca les ocultó la gravedad de la situación”, contaba hace apenas una semana el Rey Simeón, recordando además algo que no ha pasado desapercibido para nadie: la entrega de Miriam Ungría.
Desde que el 15 de agosto del año 2008 el accidente de tráfico les cambiara la vida, Miriam Ungría ha sido el sostén de la familia convirtiéndose en un ejemplo de lucha y de superación. Mientras vencía sus propias lesiones –que le costaron operaciones de brazo, de muñeca y muchos meses de rehabilitación-, la esposa de Kardam se apoyó en su fe y en el amor que siente por su marido para arroparle en un largo proceso de recuperación que finalmente no tuvo el final deseado.
Aunque sus ojos se hayan llenado de lágrimas en los últimos tiempos, lo cierto es que el optimismo de Miriam Ungría es alabado por cuantos la conocen y aunque ha confesado vivir durante estos casi siete años “momentos indescriptibles” se entregó por completo a la recuperación de su marido. “Se vive con mucha más profundidad la ternura, por ejemplo, y aprendes a comunicarte de otra manera. Es un amor incondicional y totalmente desinteresado”, contó la Princesa el pasado mes de diciembre.
El día 8 de abril, después de una misa que tuvo lugar en el mismo tanatorio, se trasladaron en un cortejo fúnebre los restos mortales de Kardam al cemeneterio de San Isidro donde tuvo lugar el entierro. Una despedida muy triste en la que su familia avanzó en procesión siguiendo a su viuda y sus dos hijos, Boris y Beltrán, el apoyo incondicional con el que Miriam Ungría ha contado estos difíciles años tras el accidente. “No tengo palabras para mis hijos. Son muy maduros y me han hecho estos años muy fáciles. No han podido jugar al fútbol, pescar o esquiar con su padre, pero han vivido un hogar, una familia y una lucha, y han aprendido mucho de él”.
Al terminar la ceremonia religiosa los Reyes de España han salido junto a los soberanos holandeses, mientras que don Juan Carlos y doña Sofía lo han hecho con la princesa Beatriz. Por fuera del monasterio de Los Jerónimos han tenido lugar muchas despedidas en las que se han repetido los gestos de aliento y se ha podido ver la estrecha relación que une a las familias reales presentes. Momento en el cual se ha visto a don Felipe dedicando un cariñoso gesto al príncipe Boris, hijo del que ha sido un amigo desde la infancia.
Tal y como manda la tradición ortodoxa -una vez cumplidos los cuarenta días de su fallecimiento- se oficiaron dos homenajes privados de carácter familiar, que tuvieron lugar en Bulgaria y en Marruecos, y a los que solo acudieron los familiares más íntimos.
- Las imágenes de la misa familiar privada en memoria de Kardam de Bulgaria
- Miriam Ungría, un ejemplo de lucha y de superación
- Boris, de 17 años, el nuevo heredero de los derechos dinásticos de Bulgaria
Una muerte causada por una infección pulmonar, consecuencia de la parálisis que sufría desde que en el año 2008 tuvo un grave accidente de coche, junto a su mujer cuando el Jaguar en el que viajaban se salió de la carretera a su paso por la localidad madrileña de El Molar.