Las actividades extraescolares de los niños reales

La princesa Leonor aprende chino mandarín, Elisabeth de Bélgica es una alumna aventajada en danza y Amalia de Holanda forma parte del equipo escolar de hockey

por hola.com

La niñez es la edad ideal para descubrir otros mundos y aprender otras lecciones como si de un juego se tratase. Por eso los niños reales que asumirán el día de mañana las riendas del reino -o en su defecto representarán al país de turno como miembros de la Familia Real- complementan una formación acorde a su excepcional misión en la vida con actividades extraescolares.

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Nuestros Reyes quieren que sus hijas sepan hablar chino mandarín, el futuro inglés para algunos. Aunque se trata de un idioma extremadamente difícil de aprender de mayor, cuando son pequeños les resulta mucho más fácil. Por ello, la princesa Leonor y la infanta Sofía van a clases dos veces por semana y, a estas alturas, ya son capaces de cantar canciones sencillas, nombrar las partes del cuerpo, los alimentos y pronunciar las letras. Además de los idiomas, una parte fundamental de su educación para sus padres, hay otras actividades extraescolares que la princesa Leonor ya empieza a dominar. Asiste a clases de ballet y, dependiendo de la época del año, practica tenis, esquí y natación.

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También Elisabeth de Bélgica tiene gran afición por los idiomas. Además del flamenco y el francés, estudia chino en la Universidad de Lovaina. La Heredera tiene predisposición hacia las disciplinas artísticas y recibe igualmente clases de dibujo y pintura. Es también una gran amante de la danza, siendo una alumna aventajada de la Academia de Música y Danza de Asse. Los reyes Felipe y Matilde de los belgas acudieron la semana pasada, de improviso, a una actuación del cuerpo de baile de la Academia August de Boeck, acompañados de varias bailarinas de la escuela de baile de Asse, entre las que se encontraba la princesa Elisabeth, primogénita de los soberanos belgas.

Los Reyes apoyan incondicionalmente a su hija en su pasión por la danza y disfrutaron de la actuación como el que más. "Siempre es una sorpresa ver a los Reyes entre el público, pero es normal que vengan a ver su hija actuar, como cualquier padre. Los Reyes no quisieron tener tratamiento especial alguno y estuvieron compartiendo los nervios de antes de la actuación con el resto de los padres", afirmó Jeroen Plateu, director de la compañía de baile de la que forma parte la Heredera, que es además una esquiadora en ciernes.

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El príncipe Gabriel comparte con su hermana la pasión por los deportes de invierno, si bien su gran afición es el fútbol. Habitualmente acude a partidos de la liga nacional acompañado de su padre, el rey Felipe, y el pasado verano viajó junto a toda la familia a Brasil para presenciar los encuentros en los que participaba la selección belga. Las actividades extraescolares del príncipe Emmanuel son muy reducidas. Desde 2012 el hijo pequeño varón de los Reyes belgas acude a la escuela Eureka en Kessel-Lo, especializada en alumnos con problemas de aprendizaje, por lo que está completamente concentrado en sus estudios. La benjamina de la familia, o en palabras del Rey "mi pequeño ángel", la princesa Eleonore, pese a su corta edad, 6 años, parece que muestra interés por la música, una afición que siempre ha predominado en la Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha.

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Amalia de Holanda, Princesa de Orange y Heredera al trono, comparte con sus hermanas, las princesas Alexia y Ariane, la mayoría de las aficiones. Así que las tres hijas de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima reciben clases de equitación y forman parte de equipos escolares de hockey. Asimismo todas ellas cultivan el amor por la música. Las tres reciben clases de piano. La princesa Amalia acude también a clases de canto, mientras que la benjamina, la princesa Ariane despunta ya como dibujante.

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Las bajas temperaturas de Dinamarca condicionan y mucho las actividades extraescolares que practican los más jóvenes de la Familia Real danesa. El príncipe Christian, que empezó la primaria en la escuela de Tranegårds (a las afueras de Copenhague) en agosto de 2011, es un gran aficionado de los deportes. Esquí alpino, equitación y tenis son algunas de las disciplinas que practica, aunque el fútbol es sin duda su gran pasión.

Hace algo más de un año, el día antes de que el Copenhague se enfrentó al Real Madrid en Liga de Campeones, Christian acompañó a su padre al entrenamiento del equipo blanco y se sacó fotos con varios jugadores, además de recibir una camiseta con su nombre. Durante una visita a Groenlandia el verano pasado con toda la familia, Christian demostró sus habilidades sobre el césped en un partidillo informal con otros niños de su edad.

Aunque no tan activa en los deportes, su hermana Isabella, que estudia en la misma escuela desde hace año y medio, también practica el esquí alpino, como demostró recientemente en las vacaciones de invierno con sus padres en los Alpes suizos, además de la equitación.

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Por su parte la heredera noruega, la princesa Ingrid Alexandra, es una gran aficionada a la música y ha aprendido a tocar el piano. Su hermano Sverre Magnus comparte igualmente esa afición por la música, aunque en su caso ha optado por la batería, aunque también toca otros instrumentos.

Los dos practican también deportes, sobre todo el esquí, disciplina más popular en Noruega, pero también el fútbol. El verano pasado, por ejemplo, los dos pequeños príncipes, y su padre, participaron en un partido contra un equipo formado por jóvenes con síndrome de Down y disputado en los exteriores del Palacio de Skaugum.