La boda del único hermano varón del Rey de Marruecos es un evento que entrará a formar parte de la historia del país. Las celebraciones por el enlace entre Moulay Rachid y Oum Keltoum Boufarés -a la que ya se puede considerar una princesa- están programadas durante tres días y en ellas se está volcando todo el pueblo marroquí. Los fastos comenzaron el jueves en la plaza Mechuar del Palacio Real de Rabat y estuvieron presididos por el rey Mohamed VI, acompañado por su hijo el heredero Moulay El Hassan, de 11 años, y el novio.
Miles de personas -entre las que se encontraban importantes personalidades del mundo de la política y del arte- participaron en un cortejo en el que estuvieron representadas todas las regiones del reino. Con cantos, música y trajes tradicionales cada delegación quiso trasladar así sus mejores deseos al matrimonio y a la Familia Real. Conforme a la tradición de la dinastía alauí varias parejas tuvieron el honor de celebrar también su enlace en esta ceremonia. El desfile terminó con una tradicional entrega de ofrendas cargadas de simbolismo. Incienso, madera de sándalo o acacia, entre otros productos, que representan la abundancia, la felicidad y la dulzura de la vida.
En unas hermosas carpas decoradas con granates, dorados y verdes -y a la luz de grandes lámparas de cristal- los novios fueron subidos a la tradicional ammariya, momento en el que se desató el júbilo con los aplausos y vítores de los presentes.Cuando Oum Keltoum fue presentada a los invitados durante la tradicional berza, su sonrisa destacaba debajo del velo que le cubría entera y que había sido bordado con piedras de colores. Un prenda que hacía juego con el caftán y que de nuevo volvió a ser de color esmeralda, en un tono muy parecido al que eligió para la fotografía oficial con la que el pasado mes de junio se anunció su compromiso con Moulay Rachid.
Plenamente integrada en la familia de su recién estrenado esposo, Oum Keltoum estuvo acompañada por sus nuevas cuñadas: Lalla Salma, Lalla Asma, Lalla Hasna y Lalla Meryem, que vestían hermosos caftanes en distintos colores y que no podían ocultar su felicidad por integrar a esta joven de 27 años -y perteneciente también a la dinastía alauí- dentro de la Familia Real.
Entre los numerosos invitados estuvieron presentes miembros de otras casas reales y personalidades a nivel internacional como la jequesa de Qatar Mozah Bint Nasser, que aunque desde el 2013 no ejerce de primera dama continúa teniendo una importante labor de representación; Bernadette Chirac, esposa del ex presidente francés o Walid bin Talal, actual príncipe saudí.
Aunque los fastos terminarán el sábado con la celebración del rito del matrimonio y con el posterior banquete en el palacio real, este enlace será recordado en Marruecos como la boda de la década. Aunque el pasado mes de mayo fue Lalla Soukaina -hija de Lalla Meryem y por tanto sobrina de Mohamed VI- la que contrajo nupcias en una boda de ensueño, esta vez es el único hermano varón del Rey el que abandona la soltería a los 44 años de edad. Por lo que lejos de hacer un acto íntimo en una residencia privada, han querido abrir las puertas del palacio de Rabat para que así todo el reino pueda compartir con ellos estos momentos de felicidad.