Doña Letizia lleva apenas quince días en su nuevo papel, y ya es plenamente consciente de la carga de trabajo de una Reina, que nada tiene que ver con la de una Princesa heredera. Y es que recae exclusivamente (por el momento) en los nuevos Reyes de España todo el peso institucional. Sin ayudas ni asistencias rellenan estos días con infinidad de compromisos la ya de por sí apretada agenda oficial.
Solo en esta semana que está apunto de concluir van a presidir un total de seis actos fuera de palacio y una audiencia en Zarzuela. Ya han cumplido conjuntamente con su primer viaje internacional como soberanos a la ciudad del Vaticano, donde el papa Francisco les recibió en audiencia privada; con su segundo viaje nacional desde que comenzó su reinado, esta vez a Castilla y León, con motivo de la entrega de los Premios Nacionales de Innovación y Diseño en Valladolid, y con la entrega de Becas y Ayudas a la Investigación de la Fundación Iberdrola.
Los nuevos soberanos, de amarillo y oro en reconocimiento a los mejores, acudieron ayer por la mañana en la Casa de América a la entrega de becas y ayudas a la investigación que concede anualmente la Fundación Iberdrola para completar la formación de jóvenes especialistas en el ámbito de la energía en universidades españolas, del Reino Unido y Estados Unidos. Un acto que presidían siendo Herederos y que continúan apoyando ahora como Reyes. El Rey puso el acento en la investigación, que "forma parte del proyecto de progreso de cualquier país que desea avanzar por su propia voluntad hacia sus propias metas sin ser deudor de los esfuerzos de otros" y animó a las entidades que becan a jóvenes para que puedan completar su formación a mantener y aumentar estas ayudas, convencido de que la investigación es una inversión "necesaria e ineludible", y "absolutamente esencial para España, para asegurarnos un futuro de prosperidad y desarrollo".
Y, en este no parar, han terminado dividiéndose en los últimos dos días. Ayer tarde el rey Felipe recibió en una audiencia en palacio a una delegación del European Australian Busines Council y a continuación asistió a la inauguración de la exposición Diseñar América: el trazado español de los Estados Unidos. Hoy han cerrado la agenda de esta semana por separado: el Rey ha presidido la entrega de Reales Despachos de Empleo en la Academia General Militar, mientras que la Reina ha conmemorado el 150º aniversario de la Fundación de Cruz Roja Española y el Día mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Doña Letizia ha vuelto a mostrar su apoyo a la Cruz Roja uniéndose a la celebración por tan señalado aniversario. El acto conmemorativo central ha comenzado alrededor de las 12:30 horas en el Palacio Municipal de Congresos de la capital y ha contado con la presencia estelar de la Reina, radiante con un conjunto de chaqueta corta y pantalón de pinzas con los colores del verano. La reina Letizia, que ha estado acompañada por el presidente de Cruz Roja Española, Juan Manuel Suárez, y miembros del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, ha escuchado los testimonios de una serie de voluntarios y beneficiarios de Cruz Roja, del regimiento de miles de colaboradores y millones de enfermos, inmigrantes, mujeres maltratadas, parados y marginados que celebraban el Día mundial de la Cruz Roja.
La anécdota del acto ha precedido al discurso de la Reina. El presidente de la Cruz Roja de Filipinas, Richard Gordon, ha llamado a la soberana "Reina Felicity" e inmediatamente después se ha disculpado y se ha corregido diciendo su nombre de manera correcta. "Me puede llamar Felicidad. Suena bien, mil gracias", le ha respondido espontáneamente y en perfecto inglés la reina Letizia antes de comenzar su intervención en la que ha hecho hincapié en que "la verdadera energía que mueve el mundo es la solidaridad, la de hacer el bien, la de ser mejores". El merecido descanso del fin de semana dará paso a una nueva intensa semana de trabajo, que empieza fuerte con su segundo viaje internacional como Reyes a Portugal.
Máxima de Holanda y Matilde de Bélgica ya están más que hechas al perpetuo trajín que se deriva del nuevo cargo. Cuando no es en el propio reino, se las reclama fuera, como ha sido el caso esta semana de la reina Máxima, que ha emprendido un viaje de tres días a la India, en calidad de asesora del secretario general de las Naciones Unidas en materia de finanzas inclusivas y en respuesta de la invitación del gobernador de la reserva india, Raghuram Rajan. La soberana holandesa, que es de esas personas que creen en un mundo mejor y tienen la determinación necesaria para intentarlo, ha visitado Nueva Delhi y la ciudad de Mumbai y se ha reunido con diferentes autoridades económicas indias, como el ministro de finanzas Arun Jaitley, para levantar el mundo.
Tampoco conoce descanso Matilde de los belgas que, cuando no comparte agenda con su marido Felipe de los belgas, asume en solitario las prioridades del reino, como ayer en su visita al Instituto Médico Pedagógico La casa en el mar, situado en la provincia de Flandes Oeste, un internado que ofrece formación a más de 120 jóvenes de edades diversas durante el verano. El objetivo de la visita de la soberana, que departió ampliamente con los educadores y los escolares, era mostrar su apoyo a los profesionales de la educación que trabajan durante las vacaciones estivales. Y, tal vez sin pretenderlo, pero tal vez intencionadamente porque sabe por experiencia que hay veces que los detalles llegan antes y más hondo que la sentencia directa, dio además un mensaje subliminal de amor al país luciendo para la ocasión las pulseras de goma de moda con los colores nacionales. Los resortes de una Reina.