© Óscar Moreno y Juan Sánchez Espejo
Ha sido, sin duda, la boda de la década en Marruecos. Desde aquella que celebrase la unión del rey Mohamed VI y la princesa Lalla Salma en 2002, el país no había conocido más bodas reales. La princesa Lalla Soukaina, hija de Lalla Meryem y sobrina de Mohamed VI, celebró su unión con Mohamed El Mehdi Ben Abdelmottaleb Regragui, con quien se casó el 11 de octubre de 2013 en el Palacio Real de Rabat. Se trata del primer enlace de la segunda generación de la línea directa descendiente de Hasán II, que se celebró el pasado 28 de mayo, días antes de la boda del príncipe Moulay Rachid, hermano de Mohamed VI, con Oum Keltoum Boufarès.
© Óscar Moreno y Juan Sánchez Espejo
La ceremonia tuvo lugar en el interior de la residencia privada de la madre de la novia en Rabat y a ella acudieron 250 invitados, entre los que se encontraba la familia real al completo y Bernadette Chirac, ex primera dama de Francia. La novia, que llegó del brazo del rey Mohamed, estaba radiante con un caftán blanco adornado con un broche de oro engarzado con rubíes y esmeraldas. Todas las miradas se centraron a ella durante la tradicional berza, es decir, la presentación de la novia a los invitados. Y no es para menos. Lalla Soukaina ha heredado la belleza de su madre, como ya pudimos comprobar en la boda de Alberto y Charlene de Mónaco. Los más curiosos, los hijos de Mohamed VI y la princesa Lalla Salma, Moulay el Hassan, de 11 años, y Lalla Khadija, de siete, que disfrutaron al máximo de esta celebración.
© Óscar Moreno y Juan Sánchez Espejo
La sobriedad de los invitados -todos los hombres llevaban chilaba blanca, babuchas y fez rojo, excepto el rey, que llevaba un turbante de cuadros y unos llamativos mocasines- contrastaba con el estilo más elaborado de las damas. La princesa Lalla Salma eligió un caftán rosa con detalles plateados y vistosas joyas. La madre de la novia, por su parte, llevaba un caftán de color jade con flores. Con un caftán malva y contenta por la felicidad de su sobrina, estaba la princesa Lalla Hasna. Igual de alegre estaba la princesa Lalla Asma, que llevaba un caftán rosa y dorado con estampado floral.
Los recién casados ofrecieron a sus invitados un secillo y tradicional menú para la cena: té con menta, pasteles, ensalada de berenjena, cordero asado y pescado con aceitunas, todo ello acompañado de zumbo de jengibre y leche de almendras.
La Familia Real marroquí no se ha privado de vivir plenamente este momento de absoluta felicidad, Hablando en voz alta, sin miramientos ni protocolos, dejando por una vez a un lado las reglas, todos se divirtieron. Antes de despedirse de los suyos, el rey Mohamed expresó a su sobrina el deseo de volver a reunirse pronto.