Reyes, reinas, príncipes y princesas inauguran a lo largo de su vida cientos de exposiciones de pintura; contemplan miles de cuadros; hablan millones de veces de arte..., pero rara vez se ponen en la piel del artista y exhibe sus propias obras como es el caso de Sonia de Noruega, que el año pasado, arropada por la Familia Real noruega al completo, presentó en el centro de arte Henie-Onstad de Oslo su exposición, y de Carlos de Inglaterra que ha seleccionado más de 130 de sus acuarelas inéditas, la mayor colección de su obra, y las ha publicado en su página web.
A ninguno le ha llegado la afición al arte de repente. El Príncipe de Gales ha sido un entusiasta pintor amateur, coleccionista y mecenas de las artes durante muchos años, casi toda su vida, y sus pinturas, que datan de varias décadas, muestran cómo ha evolucionado su estilo y ha mejorado su técnica con el tiempo. Al príncipe Carlos le gusta pintar cuando su agenda se lo permite -ya sea en sus vacaciones privadas o durante los descansos de sus girar oficiales por el extranjero- y considera que es una ocupación de lo más absorbente. Además de sus acuarelas de las residencias reales como Balmoral y Highgrove, la colección incluye docenas de paisajes pintados en Escocia, Oriente Medio, África y Klosters, su destino favorito para practicar el esquí en las nevadas laderas suizas. Aunque sus temas son tan exóticos como Tanzania, Grecia y Turquía, Escocia es de los lugares que más le inspiran. Y es que como reconoció a principios de esta semana en un documental sobre arte de ITV a cerca de la pasión artística de la Familia Real inglesa: "La naturaleza es absolutamente crucial. Inspira con sólo mirar. Por lo general es la luz la que capta mi atención. Puedes mirar el mismo paisaje una y otra vez y de repente aparece un instante la luz más mágica".
La reina Sonia nació con vena artística. Así lo reconoce en una entrevista a la publicación francesa Point de vue “Cuando era pequeña trataba de imitar a Picasso. El arte contemporáneo me gustó desde siempre”. Y su pasión nunca ya la abandonó: “La curiosidad que siento por el arte no se me ha ido jamás”. La soberana ha sido una coleccionista activa desde hace muchos años y ya en 2001 expuso una parte de su colección, aunque ninguna obra propia, y hace un año presentó nuevos trabajos de los últimos diez años, alrededor de 80 de pinturas de 32 artistas, tanto noruegos como extranjeros, entre los que destacan seis retratos de la entonces princesa heredera Sonia que Warhol hizo en 1982 después de que visitara su taller en Nueva York. Y, de forma paralela a la muestra principal -bautizada Paisaje y espacio-, se exhibía también Tres viajes, tres paisajes, 24 grabados realizados por la propia Reina y otros dos artistas noruegos, que por primera vez se mostraban al público en Noruega. En el caso de la esposa del rey Harald, se trataba de un trabajo realizado a partir de fotografías sacadas por ella misma en el archipiélago ártico de Svalbard. Y es que el paisaje del norte de Noruega reúne todos los elementos que a ella le inspiran luz, colores, contrastes… para transmitir emociones, experimentar y captar la esencia de la materia. La reina Sonia, que disfruta visitando museos y conociendo artistas, se declara admiradora de Antoni Tàpies y, cuando la agenda oficial le da tregua, trabaja en los ateliers de diferentes artistas amigos escandinavos. Gracias a la venta de sus obras, y en colaboración con otros artstas, ha creado una Fundación y financia un premio que lleva su nombre, Queen Sonja Nordic Art Award.