Una gran dosis de exotismo, una pizca de vistosidad y un toque de tradición hacen de la reina de Bután un nuevo icono de estilo en Oriente
Los reyes de Bután han visitado Japón. Tras su visita oficial a la India, Jigme Khesar, de 31 años, y Jetsun Pema, de 21, se han trasladado hasta el país nipón para mantener allí un encuentro con los integrantes de la casa imperial japonesa, exceptuando la presencia del emperador Akihito quien permanece ingresado debido a un empeoramiento en su estado de salud durante el fin de semana.
El emperador sufre una fuerte bronquitis y está aquejado de fiebres altas, por lo que es posible que su estancia en el centro médico se prolongue más de lo esperado. A pesar de esta gran ausencia, el vacío dejado por el emperador ha sido llenado por la presencia de su esposa, la emperatriz Michiko, así como por el príncipe heredero Naruhito y la princesa Kiko, quien ha ejercido a la perfección su papel de anfitriones.
Los reyes de Bután, que contrajeron matrimonio el pasado 13 de octubre en una ceremonia budista en la localidad fortificada de Punakha, a unos 70 kilómetros de Timpú, la capital bhutanesa, prometieron llevar a cabo su luna de miel trabajando, y así lo están haciendo.
Los monarcas de Bután, que permanecerán en Japón hasta el próximo domingo, fueron recibidos por cientos de ciudadanos que se lanzaron a las calles de Tokio con las banderas nacionales de ambos países, para contemplar de cerca a los monarcas más jóvenes del mundo.
Ningún japonés quiso perderse la oportunidad de poder ver en primera persona a la reina de Bután, quien con su belleza, su naturalidad y su nuevo concepto de vestir ha comenzado a crear ya tendencia en Oriente, logrando así convertirse en un icono de moda.
Jetsum se ha convertido en la mejor embajadora de la moda local del pequeño estado de Bután, el que resguardado tras las cumbres del Himalaya, ha encontrado en esta joven de delicados rasgos asiáticos el mejor escaparate para dar a conocer sus llamativas y sofisticadas creaciones.
Jigme Khesar y Jetsun Pema, quienes se han encargado de romper con algunas de las tradiciones más asentadas del país, compartirán esta noche una cena de gala que será ofrecida en el Palacio Imperial japonés, con el fin de comenzar mañana una recorrido por las zonas más afectadas por el terremoto y posterior tsunami.
La gira real incluye una visita el viernes a una escuela de primaria en la ciudad de Soma, en la provincia de Fukushima, una de las más afectadas por el terremoto y tsunami del 11 de marzo, y epicentro de la peor crisis nuclear de los últimos 25 años.
Además, el rey y la reina de Bután aprovecharán también para recorrer el sábado el centro de Kioto y visitar, así, algunos de sus monumentos más emblemáticos y reunirse con las autoridades locales.
Esta es la primera visita de Estado que recibe Japón tras el desastre del 11 de marzo.