Rania de Jordania: 'Hay que enseñar a nuestros niños que el trabajo duro tiene su recompensa'

Esta semana la reina Rania de Jordania ha continuado con su incesante lucha a favor de la educación. La soberana hachemita presidió el pasado martes día 14 en la sede de Citibank en Bahrein la entrega de diplomas a los estudiantes ganadores del proyecto INJAZ del que es embajadora regional.

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Desde que asumió el cargo, la reina jordana ha participado activamente en las principales actividades de los estudiantes y durante su discurso quiso destacar la importancia de “enseñar a nuestros niños el valor del dinero, el espíritu de empresa y que el trabajo duro tiene su recompensa”. También quiso agradecer la labor del proyecto INJAZ en colaboración con Citibank al que definió como “un modelo a seguir”. Gracias a esta iniciativa varios estudiantes de Bahrein tienen la posibilidad de asumir durante unos meses el papel de directivos de un banco, una experiencia que permite a los jóvenes árabes una valiosa educación financiera.

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Por la noche, la soberana hachemita continuó con su labor solidaria y asistió a una cena benéfica organizada por Madrasati Palestina, una iniciativa lanzada el pasado mes de abril por la propia Rania que vela por la modernización y la mejora de la enseñanza en todo el país. En presencia de Su Alteza Real el Príncipe Salman bin Hamad Al Khalifa, la Reina jordana elogió en su discurso la generosidad del pueblo de Bahrein con Madrasati Palestina: “Gracias a vuestro esfuerzo la educación de muchos estudiantes palestinos ha mejorado notablemente”.

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Al día siguiente, Rania prosiguió con su lucha en Kuwait donde asistió a otra cena benéfica también organizada por Madrasati Palestina. En esta ocasión, la reina jordana elogió el esfuerzo de todos los miembros de Madrasati Palestina y alabó la labor de la mujer kuwaití: “Sois el ejemplo de educación y productividad del país”. También subrayó la importancia de proporcionar a los estudiantes palestinos la mejor educación posible para enfrentarse con mayor libertad a su realidad cotidiana. Durante la cena, un niño kuwaití y un estudiante palestino expusieron, ante la atenta mirada de Rania, la difícil situación que viven día a día los habitantes de Palestina y se celebró una subasta cuyos beneficios se destinaron íntegramente a Madrasati Palestina.