Victoria y Daniel de Suecia siguen imparables. Esta vez, después de sus viajes oficiales a París, Shangai y la ciudad danesa de Helsingør, concluyeron el sábado pasado una visita de tres días a la región sueca de Västergötland, al oeste del país escandinavo, de la que ambos ostentan el título de Duques. En el primer día del programa, visitaron la mayor granja ecológica del país a las afueras de Hjo, la fortaleza de Karlsborge, el nuevo parque recreativo de Tibro -donde se encontraron con jóvenes aficionados al monopatín y a las bicicletas BMX- y participaron en una cena en su honor organizada por las autoridades regionales.
Los Duques de Västergötland abrieron el segundo día, marcado por la abudante nevada, acercándose hasta Kinnekulle, en cuyas piedras la realeza sueca ha inscrito sus nombres desde hace siglos. Lo mismo hicieron los príncipes Victoria y Daniel en un papel, que luego será grabado en la roca. El castillo de Läckö, la población de Vara y la escuela musical de Hammarskulls fueron otros de los actos del viernes, que se cerró con una cena en Gotemburgo.
La pareja mostró lo mucho que se quieren y lo felices que son como matrimonio en sus dominios en el Ducado de Västergötland. Los Herederos han querido rendir tributo a la ciudad con un programa oficial apretado (los Príncipes recorrieron los once municipios de la región) y lleno de romanticismo como cuando la princesa Victoria le regaló a su marido una rosa roja de su ramo como prueba de su felicidad. Esta visita concluyó en el Gothia Science Park de Skövde.