Los reyes Abdalá y Rania de Jordania recibieron con el sembrante triste y con plegarias los restos mortales de los tres cascos azules jordanos -dos oficiales y un soldado- fallecidos como consecuencia del terrible terremoto de Haití mientras participaban junto a los otros 21 colegas heridos en la Misión de la ONU para la Estabilización. Una misión que cuenta en el país caribeño con cerca de 6.700 militares procedentes de diecisiete países. Junto a los soberanos, otros miembros de la Familia Real y del Gobierno jordano asistieron en el aeropuerto de Ammán a la solemne ceremonia de repatriación de los militares muertos.
La reina Rania expresó nada más conocer la noticia de la tragedia su apoyo a las víctimas; ofreció “sus oraciones por los heridos” y utilizó su perfil de Twitter para facilitar las cuentas de diferentes organizaciones benéficas donde la gente puede donar dinero para ayudar. Una de sus últimas actualizaciones en la red es de consuelo al ver "a la humanidad movilizarse y a los países enviando la ayuda". Y es que mientras médicos, equipos de rescate y fuerzas armadas llevan esperanza al país caribeño, el resto muestra su solidaridad y su pesar por el desastre con donativos u oraciones. Nadie es indiferente a la tragedia de Haití.
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