Las agendas oficiales de Letizia de España, Máxima de Holanda, Matilde de Bélgica, Mary de Dinamarca y Mette-Marit de Noruega son hoy día pesos pesados en el seno de las Familia Reales de Europa. Si bien es cierto que el grueso de sus obligaciones oficiales son compartidas con sus respectivos esposos, no lo es menos que abultan cada vez más sus actividades por separado.
La de la Princesa de Asturias gana peso por momentos. Después estrenar la semana pasada su agenda en solitario de este nuevo curso, con ocasión de la inauguración del Congreso Internacional sobre trastornos del espectro autista, que organizó la Asociación de Autismo de Burgos con motivo del 25º aniversario de su creación, hoy doña Letizia ha completado otra de sus páginas tras una intensa mañana de audiencias en La Zarzuela: a una representación de la dirección de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid y del grupo de organizadores de la Feria de Empleo Induforum 2009; a una representación de diseñadores españoles, de la revista Elle y del Museo del Traje, en el marco de sus actividades en apoyo a la industria de la moda española, y a una representación de tres asociaciones de enfermedades de baja prevalencia (Asociación de Afectados de Neurofibromatosis, Asociación Española Contra la Leucodistrofia y Asociación Nacional de Esclerosis Tuberosa). Más actos a solas dentro y fuera de Palacio.
Otra agenda que ha adquirido mucho volumen a lo largo de los últimos cinco años es la de la princesa Mary. Podría decirse incluso que recae sobre la esposa del príncipe Federico la mayor parte de los compromisos oficiales del reino escandinavo. No es raro en su caso verla sola en audiencias, inauguraciones, estrenos y visitas, tal vez sea hasta más habitual que junto a los demás miembros reales. Los actos oficiales de la semana pasada de la Princesa lo corroboran. Valga como ejemplo su última cita: la presentación de una película Spor (huella en danés) sobre una escuela para niños con minusvalías físicas y psíquicas en el pabellón de deportes de Virum, a las afueras de Copenhague.
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