Salma Benani, la princesa que doña Sofía convirtió en 'Reina'

por hola.com
Aunque la sociedad y la corte marroquí se mantienen fieles a las antiquísimas e inmutables tradiciones feudales, Mohamed VI, descendiente del Profeta Mahoma, ha abierto al progreso las puertas de palacio para que, por primera vez en la historia, la esposa de un Rey, Salma Bennani, reciba, fuera de las dependencias palaciegas, y vestida como una mujer occidental, a unos soberanos extranjeros.
Porque, aspectos políticos, humanos y económicos aparte, el viaje de los Reyes de España a Marruecos ha servido también para que el mundo descubra de una forma definitiva a la princesa Salma con toda su belleza, su preparación, y toda su dignidad. Como la imagen del nuevo Marruecos, un país que cuenta, después de siglos de existencia y aunque sólo sea para el resto del mundo, con una verdadera Reina.

En un discreto segundo plano
Mohamed V y Hasán II, abuelo y padre del actual monarca, siempre mantuvieron a sus esposas en un discretísimo segundo plano y no pensaron ni remotamente en convertirlas en compañeras de viaje. Prueba de ello es que de Lalla Abla, la madre del actual rey y sus cuatro hermanos, conocida como madre de los Príncipes, sólo existe una fotografía tomada, sin permiso, durante los esponsales de la princesa Lala Hasna, en el Palacio Real de Fez, y publicada en Paris Match, una semana después de las fiestas nupciales.
Desde su boda en 2002, y especialmente esta última semana, Salma Benanni ha roto, con el apoyo de su esposo y el de los Soberanos de España, con el estereotipo de esposa marroquí y, también, con las ancestrales tradiciones que sólo la reconocían como madre de los príncipes herederos.

La esposa del rey había expresado en privado su deseo de estar activa, de salir y participar, sobre el terreno, allí donde se la necesita y donde pueda ser útil a su país, aunque de una forma discreta, y respetando siempre la tradición secular, tal y como se ha visto durante la visita oficial de los Reyes de España a Marruecos... Un viaje en el que su papel y su posición han salido claramente reforzadas gracias a la especial consideración de doña Sofía que, fue ganando terreno, poco a poco, para ella durante su visita. De hecho, si doña Sofía actuó con naturalidad cuando vio que la princesa Lalla Salma, quedaba relegada a un puesto en la última fila por el simple hecho de ser mujer, a su llegada a Palacio; o cuando descubrió que no tenía acceso a la tribuna de honor en las que don Juan Carlos y ella, acompañados del Rey marroquí y de su hermano, escucharon los himnos nacionales, pronto buscaría los momentos en los que, sin dejar de ser absolutamente respetuosa con la tradición y los sentimientos del país anfitrión, podía reforzar el protagonismo de la esposa de Mohamed VI.