Lady Diana estaba llamada a ser Reina, no en vano, desciende de una distinguida familia de la aristocracia inglesa. El condado de Spencer fue creado en 1765. Su padre, el octavo conde Spencer -título que heredó de su progenitor en 1975-, fue capitán en el Royal Scots Greys y caballerizo del Rey Jorge VI (1950-1952) y de la reina Isabel II (1952 a 1954).
Su madre era la hija del cuarto del Barón Fermoy. Su abuela Ruth, Lady Fermoy, fue en 1960 dama de Cámara de la Reina Isabel II y de la Reina Madre. Pese a su noble linaje y a su matrimonio con la corona británica, entre ella y su destino real siempre se inmiscuyó la fatalidad.
El pasado uno de julio, Diana de Gales hubiese cumplido 41 años de no ser por un trágico accidente automovilístico, que le arrebató la vida en agosto de 1997. Una vida llena de ilusiones y nuevas esperanzas tras su ruptura definitiva con su pasado de Princesa inocente y abnegada. El tiempo transcurrido, desde su muerte, no ha hecho mella, sin embargo, en el cariño que el mundo profesara a su admirada Princesa. Prueba del afecto del que aún goza la malograda reina de corazones, es la cuantiosa suma de dinero que se ha logrado recaudar en la reciente subasta de su espectacular colección de joyas.