El príncipe Felipe aprovechó unas horas libres durante las fiestas navideñas para acudir a un centro comercial de las afueras de Madrid, y en concreto a una conocida tienda de juguetes, con el fin de adquirir los regalos para sus cinco sobrinos: Froilan y Victoria Federica, hijos de su hermana la infanta Elena y Juan Valentín, Pablo Nicolás y Miguel, hijos de su hermana Cristina .
Ante la mirada de quienes le reconocieron y que como él se habían desplazado al mismo centro para realizar sus compras, [don Felipe] salió del establecimiento, como un cliente más, portando dos grandes bolsas en las que llevaba los juguetes y entretenimientos que había adquirido.
Primero se dedicó a ver escaparates y por fin decidió entrar en un comercio cuya especialidad son los juguetes imaginativos y didácticos. Tras observar varios de ellos y preguntar a las empleadas sobre sus detalles, el príncipe encontró exactamente lo que buscaba. Después de pagar pidió que le envolvieran lo que había comprado y, portando en ambas manos las bolsas con los juguetes, salió de la tienda para realizar un breve recorrido por el centro, aunque no entró en ningún otro comercio y poco después iniciaba el regreso a su residencia.
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