El príncipe Felipe, en la boda de Pablo de Hohenlohe
Pablo de Hohenlohe, hijo de Ana Medina -hermana del fallecido Duque de Feria-, y María del Prado, hija de los marqueses de Caicedo, contrajeron matrimonio el pasado fin de semana en la iglesia de San Juan Bautista del antiguo Hospital de Tavera (Toledo), propiedad de la Casa de Medinaceli.
Don Felipe, amigo del novio
Un enlace que reunió a un gran número de aristócratas,así como a lo más granado de la sociedad española. De hecho, el príncipe de Asturias ejerció como testigo de excepción en la boda de su gran amigo, Pablo de Hohenlohe y permaneció en el interior de la propiedad de la Casa de Medinaceli, erigido bajo el reinado de Carlos V, hasta altas horas de la madrugada.
Don Felipe y sus amigos
Don Felipe disfrutó mucho con este enlace. La mayoría de los invitados jóvenes forman parte de su círculo de amigos más íntimos: los Arión, Joaquín y Fernando; Kubrat de Bulgaria, que acaba de ser padre por tercera vez, y, en especial, Isabel Sartorius con la que estuvo charlando durante un buen rato y con la que al parecer, incluso salió a bailar al escenario.
Dos momentos excepcionales
Llamó especialmente la atención la llegada del novio a la Iglesia: conduciendo su Ferrari rojo y llevando como copiloto a su madre y madrina de boda, Ana Medina, duquesa de Navahermosa, que vestía un traje elegantísimo de color rosa con pequeños volantes, de Tony Benítez, y la típica mantilla, con la que rindió honores a la historia y a su familia. Excepcional fue también la llegada de la novia, María del Prado, hija de los marqueses de Caicedo, con una valiosísima corona de brillantes y perlas y un vestido de corte medieval, (diseñado por Javier Larrainzar) cuya tela (tejido filipino, tejido a mano) había pertenecido a su tatarabuela.
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Don Felipe, amigo del novio
Un enlace que reunió a un gran número de aristócratas,así como a lo más granado de la sociedad española. De hecho, el príncipe de Asturias ejerció como testigo de excepción en la boda de su gran amigo, Pablo de Hohenlohe y permaneció en el interior de la propiedad de la Casa de Medinaceli, erigido bajo el reinado de Carlos V, hasta altas horas de la madrugada.
Don Felipe y sus amigos
Don Felipe disfrutó mucho con este enlace. La mayoría de los invitados jóvenes forman parte de su círculo de amigos más íntimos: los Arión, Joaquín y Fernando; Kubrat de Bulgaria, que acaba de ser padre por tercera vez, y, en especial, Isabel Sartorius con la que estuvo charlando durante un buen rato y con la que al parecer, incluso salió a bailar al escenario.
Dos momentos excepcionales
Llamó especialmente la atención la llegada del novio a la Iglesia: conduciendo su Ferrari rojo y llevando como copiloto a su madre y madrina de boda, Ana Medina, duquesa de Navahermosa, que vestía un traje elegantísimo de color rosa con pequeños volantes, de Tony Benítez, y la típica mantilla, con la que rindió honores a la historia y a su familia. Excepcional fue también la llegada de la novia, María del Prado, hija de los marqueses de Caicedo, con una valiosísima corona de brillantes y perlas y un vestido de corte medieval, (diseñado por Javier Larrainzar) cuya tela (tejido filipino, tejido a mano) había pertenecido a su tatarabuela.