Puglia, al sureste de Italia, fue la región escogida para exprimir al máximo la esencia del país. Para ello, tanto la propia novia como las invitadas, siguieron a modo de dress code la norma de estilo de las insiders italianas: apostar por la explosión de color y las siluetas inesperadas. En este caso, Caitlin eligió un diseño de Carolina Herrera New York que pertenecía a la colección Resort 2018, como vemos en esta imagen de lookbook, donde la venezolana ideó una selección de diseños sofisticados y cargados de color que se inspiraban en Los Jardines de la Vega, su finca familiar. Estampados como este, de rayas XL, se encargaban de vestir maxi vestidos que, desde luego, no fueron pensados para una novia... hasta que llegó Caitlin.