Pendientes y recogidos de novia, cinco 'looks' para combinarlos
Pendientes de botón, largos, cortos o 'chandelier': elegimos cinco maneras diferentes de llevar esta joya en el día B
Las joyas son un complemento indispensable para muchas novias, y eso a pesar de que en prácticamente todos los casos, excepto cuando tenemos una pieza de herencia familiar que estamos decididas a llevar cueste lo que cueste, la elección de las mismas llega casi a última hora, después de haber elegido el vestido, el largo del velo e incluso el peinado. Un ejemplo: un traje de manga larga funcionará mejor con un brazalete ancho que con una pulsera de oro blanco finita, mientras que esta última suele complementar mejor las mangas francesas y al codo que las mangas que llegan a la muñeca. Lo mismo sucede con el collar y su relación con el cuello o el escote del vestido. Los pendientes son un mundo aparte.
Encargados de enmacar el rostro, estas diminutas piezas de joyería tienen que complementar tanto el cuello del vestido, como el recogido de la novia, el velo y las joyas que llevemos en el pelo, especialmente si son diademas o tiaras, y si el cabello va recogido y queremos que los pendientes lo realcen visto desde atrás. Hoy nos vamos a centrar en la manera en que podemos combinar diferentes estilos de joya con hasta cinco tipos de peinados diferentes.
PENDIENTES DE BOTÓN + TIARA
La norma es sencilla: si vamos a recargar el cabello con una pieza de joyería 'potente', lo mejor será rebajar el estilo de los pendientes a la mínima expresión. Los pendientes de botón llevan una única pieza central, que puede variar de tamaño y corte (cuadrados, redondos, esmeralda), aunque no suelen sobrepasar los límites del lóbulo de la oreja; en el formato 'novia' lo más habitual es encontrarlos de cristales o incluso de diamantes, aunque también nos podemos decantar por las perlas dependiedo del tipo de vestido (o de lo supersticiosa que sea la novia). Son coquetos, le dan un aire muy dulce a las facciones -muy especialmente a los ojos-, y funcionan con prácticamente cualquier recogido y tipo de rostro, sobre todo los de tipo corazón, redondos y con barbilla un poco apuntada.
PENDIENTES LARGOS + RECOGIDO TRENZADO
Los recogidos trenzados que crean un halo sobre la nuca y la frente han sido un hit entre los peinados de novia de los últimos años, ya que complementan tanto a la novia de estilo helénico como los minimalistas y los trajes de novia de aire vintage. La trenza es un clásico actualizado que hoy en día se lleva con piezas de joyería que se colocan verticalmente en el cabello, siguiendo la línea de la trenza, en lugar del estilo monolítico de la diadema convencional en lo alto de la frente. Este peinado con trenza envolvente, muy gruesa, es del desfile de Rosa Clará, y cambia las joyas por un aplique de flores de tela blancas, que admite unos pendientes más vistosos que en el caso del recogido anterior. La elección de la diseñadora: los pendientes largos de cadena con cinco perlas y cuffs en el lóbulo, que alargan visualmente el cuello de la novia y complementan la mirada.
PENDIENTES PEQUEÑOS + MELENA LARGA
Si la regla de tres que rige el 'compensar los largos y volúmenes' se aplica al beauty look de la novia, cuando hablamos de las novias con melena suelta lo que toca son unos pendientes cortos que compensen el movimiento del pelo enmarcando el rostro. La novia de la imagen lleva pelo suelto con ondas marcadas a la altura de la mandíbula, acabadas en rizos en las puntas, con raya a un lado y melena colocada sobre el hombro contrario. Este tipo de peinado divide el rostro en dos mediante una línea oblicua, que deja uno de los pendientes al descubierto: una sencilla piedra de cristal, a medio camino entre el pendiente botón y el pendiente largo, que aporta un destello extra al rostro sin pasarse y permite darle más fuerza al maquillaje, en este caso en forma de mirada ahumada y cat-eye.
PENDIENTES CHANDELIER + VELO
La combinación más arriesgada de nuestra selección es el pendiente 'chandelier', que aunque a primera vista parezca que hace referencia a un candelabro en realidad se traduce por 'lámpara de araña' en inglés. El propio término es descriptivo del tipo de pendiente al que nos enfrentamos: largo, espectacular y muy ornamentado, a menudo con piedras XL y cadenas que rozan los hombros. Los pendientes 'chandelier' pueden despeglarse horizontal o veritcalmente, imitando de forma literal la silueta de una imponente corona luminosa. Visualmente son tan impactantes que suelen restar centímetros casi sin querer, y más si se combinan con un velo muy largo. Para hacer que este look funcione mejor reservarlo a los peinados que despejen el rostro completamente (sin flequillo), y con velos bajos que partan de la parte baja del recogido. El maquillaje y el escote deben compensar el estilo de la joya: mejor los hombros al aire o los diseños no muy recargados.
LA NOVIA SIN PENDIENTES
Hay muchos motivos para no llevar pendientes en el día de la boda, aunque el más común es que, sencillamente, no van con nuestro estilo. Si nunca llevas pendientes, y si te atienes al principal consejo que suelen dar todos los etilistas a las novias ("lleva siempre algo con lo que te identifiques y que te haga sentir tú misma"), lo mejor es dejar los pendientes en casa y no malgastar energía buscando un accesorio que no llevaríamos habitualmente. Los looks sin pendientes son muy naturales, y también son la elección de las novias que deciden no llevar ni un sólo accesorio, las novias que sufren algún tipo de reacción alérgica a esta joya, las novias con un tipo de maquillaje que ya incorpore tonos joya o metalizados como el de la imagen, o si el vestido es un diseño con pedrería incorporada que hable por sí mismo.