¿Son las bodas en Italia diferentes de las españolas?
Aunque la organización de la boda es casi igual en el país vecino, los italianos tienen sus propias tradiciones y ritos nupciales
Dicen que todos los países del Mediterráneo están hermanados, pero ¿cuánto tienen en común nuestras bodas? La felicidad de los novios seguro que es la misma, pero las tradiciones y los ritos cambian de un país a otro, incluso los que están a la vuelta de la esquina. Un ejemplo: si Madrid y Roma están separadas por algo más de 1.300 kilómetros, las bodas que se celebran en el país vecino tienen también un punto diferente, con sus peculiaridades en etiqueta, protocolo y organización.
Algo que nos diferencia desde el día uno, nos explica la wedding planner Concha Molina, son las invitaciones; aunque la planificación comienza un año antes de la fecha, como aquí, las invitaciones suelen mandarse dos meses antes de la boda y "siempre, siempre, los novios entregan la invitación en un sobre manuscrito por ellos, a cada invitado." Las listas de boda, especialmente si tenemos en cuenta que la planificación de los regalos se puede hacer por Internet desde hace varios años, también se parece a las listas de boda españolas, a pesar de que en otros países, como en Estados Unidos, el regalo convencional siga siendo el más popular: los italianos "pueden regalar algo presente en la lista, o bien aportar solamente parte de un regalo, si por ejemplo es de un precio alto". También es común organizar la lista de boda a través de una agencia de viajes, para que cada invitado puede colaborar con el pago del viaje de novios.
Ritos y tradiciones propias
Hasta aquí no hay grandes sorpresas. Las mayores diferencias con nuestros vecinos mediterráneos llega a la hora de hablar de ritos y tradiciones, algo que también pasa en España, donde el equivalente a 'cosas muy nuestras' sería por ejemplo la tradición de llevar huevos a las Clarisas, para que haga sol en el día B, o el intercambio de las arras durante la ceremonia, una tradición católica popular en España y otros países hispanohablantes, pero que no se utiliza en el resto del mundo. "Hay una diferencia entre el norte y el sur de Italia", nos explican Concha Molina y una de sus corresponsales en aquel país, Silvia Vignoli. "En el norte no hay reglas y no se hace nada en particular, salvo una comida o merienda familiar. En el sur, la noche antes de la boda el novio se coloca bajo la ventana de la novia para cantar una serenata, y, ya el mismo día de la boda, y antes de ir a la iglesia, él va a casa de ella para entregarle el ramo. Después de la boda, los invitados acuden a la puerta de la casa de la pareja, donde la madre del novio tira al suelo un plato con caramelos y dinero".
La única tradición similar entre norte y sur de Italia, y que hoy en día es casi univeral en las bodas occidentales, es el "algo viejo, algo prestado, algo nuevo, algo regalado y algo azul" de la novia. También es costumbre "cortar la corbata al novio durante el banquete, y pedir dinero por cada trocito que se entrega a los invitados de recuerdo". Una tradición que también se comparte en algunas bodas en España (junto con el corte de la liga de la novia), aunque haya caído en desuso en los últimos años en favor de las tendencias que vienen de fuera.
¿Cuáles son los lugares preferidos por los novios italianos para casarse?
"En Italia es más habitual la ceremonia religiosa tradicional que la civil. La boda típica se celebra normalmente en una Iglesia, aunque los enlaces civiles han ido cambiado algo más", puntualizan nuestras expertas. "Desde hace pocos años, los contrayentes pueden acudir a sitios diferentes del ayuntamiento, aunque previamente la boda ha de ser autorizada por un juez. Por ejemplo, en Verona los novios pueden contraer matrimonio de forma civil en palacios históricos, o en la Casa de Julieta, de 'Romeo y Julieta'".
Para la celebración del enlace, la gran favorita es la villa italiana, una construcción arquitectónica clásica concebida como casas de recreo entre los antiguos romanos de clase alta. "La pareja casi siempre prefiere ir a almorzar a una villa y contratar un catering que se ocupe del banquete. Este tipo de villas son típicas casas en el campo, con decoración rural o bien palaciega, que se alquilan el fin de semana completo y en las que pueden pernoctar los novios y algunos invitados."