El velo de la novia, y todos sus diferentes largos
Desde el catedral, el preferido por las 'royals', a los velos antifaz de las colecciones 2016
El velo de novia es el accesorio más tradicional del look nupcial, y en él se refugian muchas novias que buscan pasar por el altar con un estilo princesa. Aunque no siempre van acompañados de trajes con vuelo -los velos muy largos funcionan también con vestidos de tubo o sirena, sobre todo si incorporan cola-, este tipo de velo, que se extiende sobre la falda, es lo que viene a la mente cuando pensamos en la novia 'de toda la vida'. Sin embargo, el velo largo, o el velo catedral, no es el único tipo de velo que existe: dentro de la clasificación de corto, midi o largo, se dan diferentes variaciones, que afectan tanto al peinado como a la forma en que se resaltan los rasgos de la cara, el 'equilibrio' de la silueta con respecto al traje (tren inferior vs. tren superior), y también la comodidad de la novia. La única cosa que tienen en común: todos hay que quitárselos después del 'sí quiero'.
¿CÓMO CAMBIAN LOS RASGOS CON EL VELO? Dos ejemplos de velo, con la misma modelo. A la derecha, un vestido de novia inspiración royal, con un velo catedral con tiara, visto al cierre del desfile de Alta Costura de Zuhair Murad en París. A la izquierda, el microvelo de Pronovias de tipo antifaz, que cubre únicamente los ojos y va acompañado de joyas prendidas al cabello.
VELOS LARGOS
El más largo, el velo catedral, es el preferido por las novias royal -véase por ejemplo Sofia Hellqvist este verano, o Lili Rosboch, una de nuestras novias del año según los lectores de hola.com-, y también las 'casi' royal, como Nicky Hilton en su boda junto a James Rothschild: todas tienen en común haber llevado el tipo velo más largo que existe, con unas dimensiones que suelen extenderse entre los dos y tres metros de longitud, a menudo casando con el largo de la cola, como el de la esposa de Carlos Felipe de Suecia, que presentaba exactamente el mismo largo que el vestido, o, como el de Nicky Hiltom, sobrepasando (por mucho) el bajo y prolongando el efecto de su diseño de Valentino. Puede ser de una sola capa, o dos, si incorpora una capa de tela mucho más corta, a menudo no más larga que los hombros.
El velo capilla sería el inmediatamente posterior al catedral, ligeramente más corto y a menudo acompañando a los vestidos de novia con una cola más corta. Tanto uno como otro pueden llevarse sobre el rostro, cubriendo la cara como antaño, y, tal y como dicta el protocolo, se mantienen en esa posición hasta casi el final de la ceremonia, cuando el novio se convierte en el encargado de descubrir el rostro de la novia. La segunda manera de llevar un velo largo, especialmente si queremos que vaya en delicado equilibrio con el peinado, es dejando el rostro descubierto, ya sea prendido por encima o por debajo el peinado, fluyendo suavemente por la espalda y dejando a la vista parte del recogido, o bien más arriba, prendido de una tiara o una diadema de pedrería.
VELOS MEDIANOS
Los velos de largo medio se dividen en dos tramos: los que se miden a la altura de la pierna, ya sea al suelo o a las rodillas, y los que se miden a la altura del brazo, que son los que se extienden hasta la punta de los dedos o bien hasta el codo. Los velos de largo medio son una opción muy chic, que recuerda un poco a épocas pasadas, y funcionan con un amplio rango de trajes de novia: a más corto, menos formal. Entran en esta categoría los vestidos de novia de estilo fifties además de vestidos más modernos, los trajes cortos, los pantalones de novia o los dos piezas, como por ejemplo las novias city que quieran casarse con chaqueta y falda o con vestido corto, pero no quieran prescindir del velo. Además, claro, de los trajes de novia de corte midi, como los vestidos con vuelo que se cortan a la altura del tobillo que presentaba Hannibal Laguna en su colección 2016. Los velos midi también pueden cubrir el rostro de la novia, a menudo cortados por delante a una altura menor que por detrás.
¿Y la mantilla?
A pesar de que los velos midi sean algo más modernos que los largos, y combinen con diversos largos de novia, la mantilla entraría también dentro de esta categoría, ya que sus dimensiones no suelen sobrepasar la punta de los dedos. Las mantillas son una nota nupcial muy española, con espectaculares bordados artesanales y delicados, y sirven para añadir un giro castizo al traje de novia.
VELOS CORTOS
El velo tipo blusher es un tipo de velo cortito en tul, que no sobrepasa el largo de los hombros y también tiene referencias vintage que se remontan a la década de los años 20. Mientras, el velo jaula o birdcage recorta tanto su largo que a menudo va combinado con un tocado, y puede cambiar el tul por una redecilla. Suelen ser coquetos, y también los más sencillos de quitar y poner, aunque deben tener algo de volumen para compensar la silueta de la misma manera que haría un velo largo.
La tendencia más novedosa en este terreno: los velos antifaz, que se extienden a uno y otro lado de una diadema de novia, o se sujetan dos peines-joya. Pronovias los presentaba en Barcelona junto con su colección más reciente.
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