Una inmensa cantidad de firmas de vestidos de novia y talleres se identifican bajo la misma etiqueta: Alta Costura. No es de extrañar: ambas creaciones, las de la Haute Couture -que replican los orígenes de la moda de Paul Poiret o Chanel, cuando los vestidos se elaboraban artesanalmente en un taller, a medida y gusto de la clienta, y mucho antes de que el prêt-à-porter acelerase el proceso de producción de la moda-, y las confecciones nupciales guardan muchos lazos en común. De hecho, el traje de novia es lo más cercano que la gran mayoría de mujeres de a pie llegan a adquirir a lo largo de sus vidas que se acerca un poquito al glamour de París: un traje único en la vida, creado para reflejar la personalidad de la mujer que lo lleva, con atención y dedicación plenas a cada pequeño detalle.
La Alta Costura conoce estos lazos tanto o más que los talleres de novias, y su respuesta durante años ha sido crear trajes de novia que cierren los desfiles que se ven en París. Karl Lagerfeld para Chanel suele ser uno de ellos: la maison es la firma que más arriesga con sus novias, a las que hemos visto caminar sobre la pasarela con zapatillas deportivas, pantalones o con dos novias cogidas de la mano.
La reciente edición de la Haute Couture, que se cerraba en la tarde de ayer en París con el desfile de Oscar Carvallo, no iba a ser menos: Chanel finiquitaba su pase con una novia embarazada con vestido blanco abombado, capa y bordados en oro de inspiración Tudor. La casa fundada por Coco Chanel no ha sido la única en sacar una novia en su desfile: Elie Saab y Jean Paul Gaultier también se mantienen fieles a esta tradición, con propuestas radicalmente diferentes (el libanés es un experto del bordado con cristales, frente al diseño noventero de Gaultier), además de otras bellísimas novias más alternativas, como el carrusel de novias bicolor de Armani Privé, con velos de topos en blanco y negro, o la novia en color gris piedra de Zuhair Murad.
Otros detalles cien por cien bridal que se han hecho un hueco en esta edición de la Alta Costura para el próximo invierno han sido los bordados y repujados en hilo de oro, que seguramente aparecerán entre las tendencias nupciales del año que viene, junto a los detalles de flores, que aparecían en las colecciones de Giambattista Valli y Alexis Mabille, los degradés en rosa y azul pastel y verde -un guiño a la incursión en el universo del color de la nueva colección de Pronovias-, los bolsos para novia o los detalles en plata, como los de Schiaparelli, Franck Sorbier o Valentino, y que también repiten en las colecciones de novia de 2015, con la propuesta de Naeem Khan a la cabeza.
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