Novias con cuello de cisne
¿Sabes cómo sacarle el mejor partido al escote de tu vestido de novia?
No todos los escotes de novia se confeccionan igual. Por esa regla de tres, no todos se accesorizan de la misma manera: la simetría de las joyas que acompañan al traje de novia adquiere proporciones casi matemáticas a la hora de completar el look. Al fin y al cabo, la labor de estas piezas es enmarcar el rostro y complementar el peinado, sacando hacia fuera esa 'luz' que emana del rostro de la novia, pero sin restar protagonismo al vestido.
Algo que parecía sencillo, casi intuitivo, se convierte a veces en un verdadero quebradero de cabeza si elegimos un tipo de corte al que no estemos acostumbradas. Si nunca he llevado un escote de hombros caídos... ¿cómo sabré cuál es el largo óptimo de mis pendientes? ¿Puedo llevar pendientes y gargantilla dispares? ¿Qué normas rigen las piezas del joyero de la novia?
Es importante no recargar la zona inferior a la barbilla, especialmente con escotes cerrados al cuello
Un buen punto de partida es englobar todos los diferentes tipos de escotes (el catálogo es casi tan amplio como novias hay), en grupos básicos en función de sus notas comunes: strapless, en pico, redondos, cerrados, caídos, con tirantes... De este modo, se reduce considerablemente el número de fórmulas necesario para entender cómo y por qué un juego de joyas funciona con un tipo de escote y otro no.
Triada de joyas (diadema, gargantilla y pendientes), con escote strapless, vista en el desfile de Ana Torres
Sea cual sea el caso, la finalidad es siempre la misma: alargar visualmente el cuello (o al menos, no acortarlo), buscando el efecto 'cuello de cisne', que funcione tanto si llevamos un recogido alto, como una trenza o melena. La normas clave:
STRAPLESS: el vestido strapless deja los hombros al descubierto, ya sea un palabra de honor o uno de hombros caídos. Esta versión de escote deja más piel al descubierto que ninguna otra, así que es habitual complementar el traje con una gargantilla poderosa o unos pendientes de gran volumen. No es necesario, aunque si común: el statement necklace funciona mejor con este modelo que con un halter, donde nos vemos forzadas a incorporar el collar a modo de bordado sobre el propio tejido, para no sobrecargar la zona inferior a la barbilla.
EN PICO: un escote profundo, en 'uve' o en pico. Quizá la tendencia más repetida (en lo que a escotes se refiere), entre las colecciones de 2015, así que es importante tenerlo presente. Este tipo de escotes suelen ser la elección de novias arriesgadas, que no temen la cara más sexy del traje de novia. En este caso, los pendientes son los que toman las riendas del look, combinados con un collar largo, que complemente la caída natural del escote en lugar de cortarlo por la mitad.
REDONDO: cerrado o abierto, el cuello redondo puede jugarnos una mala pasada si no lo accesorizamos debidamente, ya que su estructura tiende a acortar visualmente el cuello, al ir cerrado en torno al mismo. La fórmula que mejor funciona: un collar que siga esta misma estructura cerrada puede servir para desviar la atención, combinada con un recogido alto que ejerza de contrapunto. Los pendientes largos equilibran la silueta, alargando el cuello al enmarcarlo con destellos a ambos lados.
BARCO: el 'truco' de este escote está en seguir la línea de las clavículas. También admite piezas de joyería con personalidad, aunque es preferible optar por una versión más corta. En este caso, la manga también tiene mucho que decir: haz diferentes pruebas dependiendo de si el traje lleva manga larga o francesa, o si por el contrario tiene simples y llanos tirantes.
HALTER: cerrado al cuello, elevando el tejido desde el busto y dejando los hombros al descubierto, la mejor manera de incorporar joyería al escote halter es con bordados. Una tendencia que ya veíamos la temporada pasada, y que permite jugar con las incrustaciones de pedrería por debajo de la barbilla, redireccionando la luz hacia el rostro de la novia.
ILUSIÓN: la malla ilusión ha ganado enteros en los últimos años, especialmente gracias al auge de las espaldas descubiertas, que incorporan bordados sobre la piel con un efecto casi invisible. Estas prendas juegan con los efectos visuales, así que es mejor no restarles protagonismo y apostar por accesorizar el look con pendientes en lugar de gargantilla, o incluso una tiara o diadema, que complemente el peinado.