No hay temporada que Karl Lagerfeld no sorprenda con su colección de Alta Costura en París: el trabajo del diseñador alemán para Chanel es uno de los más sólidos de la pasarela, capaz de incorporar los avances en tecnología textil y nuevas tendencias de confección, a la tradición heredada de Coco Chanel. La simplicidad de las formas y el carácter del modisto suelen jugar las mejores cartas de la Haute Couture, incluso cuando, como en el caso de su último desfile esta misma semana, la maison apuesta por cambiar las reglas del juego, calzando a sus modelos con unas zapatillas de running.
Zapatillas, eso sí, bordadas de lentejuelas, cristales y strass, con detalles en hilo de plata y aptas para darse a la fuga de la manera más estilosa posible. El encumbramiento de la deportiva como calzado de lujo veía su máximo exponente a los pies de las modelos del kaiser, y más concretamente de su tradicional novia, uno de los hitos de cada desfile Haute Couture de la firma, y que en esta ocasión también hacía acto de presencia luciendo un par de sneakers en color madreperla.
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Hudson Kroenig, de 5 años, fue el encargado de cerrar el desfile junto a la modelo británica
Hudson Kroenig, de 5 años, fue el encargado de cerrar el desfile junto a la modelo británica
La encargada de poner nombre y cara a la novia más deportista de Chanel: la top e it-girl Cara Delevingne, que ponía el broche de oro al pase acompañada del modelo infantil Hudson Kroenig. El pequeño, de cinco años de edad, es hijo del modelo masculino Brad Kroenig, con quien el diseñador mantiene una estrecha amistad.
De hecho, ésta es ya la tercera incursión de este modelo en miniatura en un show de Chanel: el pequeño se ha convertido en una de las estrellas recurrentes de los desfiles de la casa desde 2011, y, en esta ocasión, lo hacía portando la cola de la novia, ataviado con un traje de chaqueta en color blanco, con brillos, cuello elevado y detalles de paillettes.