Encontrar un peinado de novia que nos inspire para el nuestro propio es sencillo cuando buceamos en los archivos de Christian Lacroix. Durante décadas, el modisto francés ha conseguido trasladar a sus modelos la esencia de sus colecciones, convirtiéndolas en frágiles princesas barrocas, con sesiones de maquillaje y peluquería dignas de la mismísima María Antonieta.
Uno de nuestros looks preferidos, rescatado de la temporada primavera-verano 2006, fue la sucesión de tiaras y coronas que sacó a relucir sobre la pasarela de la Alta Costura de París. Un in crescendo de trenzas, recogidos, cintas de seda, lazos y diademas, que culminaban con una delicada novia de inspiración rococó.
La colección, que suponía una vuelta a sus raíces haciendo numerosos guiños a la Provenza y su Arlés natal, reunía la inabarcable infinidad de matices que han hecho singulares cada una de sus creaciones, con multitud de texturas, brocados y detalles en hilo de oro. Sólo tres temporadas después, la colección couture de la firma sucumbiría bajo el peso de la crisis económica.
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