La sucesora de Alexander McQueen puede tener por seguro haber recogido el testigo del brillante diseñador sin perder un ápice de excelencia a la cabeza de la firma británica: el que ya muchos denominan como 'el año de Sarah Burton' ha supuesto un giro radical en la carrera de esta creativa de imaginación sin límites, que saltaba a la fama a ojos de millones de espectadores el pasado año, con la creación del espectacular vestido de novia de la Duquesa de Cambridge.
Doce meses que no han traído más que buenas noticias a este tímido rostro del mundo de la moda, que está revolucionando las pasarelas al tiempo que perpetúa el legado del tristemente desaparecido McQueen. Su último logro: ser nombrada un miembro más de la Orden del Imperio Británico por su contribución a la industria de la moda, apenas unos meses después de recoger el premio a diseñadora del año en los British Fashion Awards.
El galardón, que también ha recaído en manos de la directora creativa de Mulberry, Emma Hill, y de la diseñadora de joyas Lara Bohinc, forma parte de la lista de honores celebrada con motivo del Jubileo de Diamante de Isabel II, celebrado este mes en Londres, y que ha vestido de largo durante semanas a la capital británica.
El vestido de novia de la Duquesa de Cambrige se convertía en el modelo distinguido por la monarca, aunque no es el único. Junto a aquel inolvidable look de encaje, la esposa de Guillermo de Inglaterra ha escogido la mano experta de Burton en otras muchas ocasiones, con iguales resultados. El último y más sonado: el precioso modelo color nude que lucía hace escasos días en las celebraciones por el aniversario de Isabel II.