Corte sirena. El corte sirena es uno de los más sensuales: marcan la cintura y no dejan nada a la imaginación a la hora de dibujar la línea de la cadera, y claro… el trasero. La clave: reducir volumen, librarte de las temidas cartucheras y reafirmar los glúteos. Media hora de caminata al día y las clásicas sentadillas son una buena manera de comenzar.
Hombros al aire. Si quieres lucir un vestido sin tirantes, deberás concentrarte en los brazos, reafirmando y tonificando los bíceps y tríceps cada día, y dando forma a la parte alta de la espalda. La clave: hazte con un juego de pesas ligero (no más de dos kilos), y realiza varias series de levantamientos al día.
Con escote corazón. Todas las miradas van a ir dirigidas a la misma zona, así que concéntrate en los ejercicios pectorales a base de mancuernas. La clave: no olvides utilizar productos hidratantes y antiestrías para que el efecto sea redondo.
Vestido corto. Necesitarás tener unas pantorrillas bien torneadas y unos muslos firmes y definidos si quieres que tu vestido corto saque lo mejor de ti. La clave: el footing y la natación serán tus mejores aliados, aunque nunca está de más invertir en una buena crema anticelulítica, que te ayude a librarte de los clásicos ‘hoyitos’ propios de la piel de naranja.