La popular línea princesa tiene, en 2012, un compañero inseparable: el tul, en forma de amplísima falda XL con infinidad de capas de tejido, volantes o apliques superpuestos, se ha convertido para los diseñadores nupciales en la mejor manera de dar volumen al vestido, marcando el contraste entre el torso, la cintura y la cadera con espectaculares creaciones, dignas de una novia de cuento.
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Una maravillosa transición entre el look princesa y el look bailarina, que seguro contará con miles de adeptas a lo largo de la próxima temporada, y que sueñen con un vestido de novia que impacte la vista y que a la vez sea ligero como una pluma. Combínalo con... la tendencia de los escotes en forma de corpiño o corazón.
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