Las bodas artesanales, en las que la novia se encarga personalmente de ultimar todos los pequeños detalles a base de ingenio y mucha maña, han dejado de ser una alternativa sencilla a la debacle económica para convertirse en una tendencia en toda regla. El DIY (Do It Yourself, o hazlo tú mismo) está más de moda que nunca: basta con tener un poco de pericia y un plantel de buenas amigas dispuestas a ayudar, para diseñar una boda a tu medida, tan especial para ti y tus invitados que será difícil de olvidar.
Una de las empresas que mejor ha sabido ‘capturar’ esta moda han sido las chicas al mando de The Workshop Flores: este coqueto taller floral, famoso por sus composiciones nupciales frescas y originales, propone esta temporada un servicio único de DIY, perfecto para las parejas con presupuesto más limitado, que no quieran renunciar a una decoración de alta gama.
Inspirados en los románticos jardines ingleses, sus arreglos florales se componen de flores frescas poco habituales y de temporada, verduras y recipientes únicos, que están a disposición de sus clientes en forma de venta o alquiler: las parejas que apuesten por una boda de este tipo podrán llevarse por un día el material necesario para aderezar la Iglesia, el restaurante, el jardín o cualquier otro espacio. Jarrones, recipientes, pequeño mobiliario, servilletas, candelabros, pedestales, cestos…
En cada caso es, además, la propia pareja la que se encarga del transporte y montaje, disponiendo de un curso de hora y media de duración para aprender todo lo necesario para que la decoración sea perfecta (con un máximo de seis personas por equipo), incluyendo los carteles que señalen el lugar de la celebración, las guirnaldas, pizarritas para marcar las mesas o velas. Una boda soñada al alcance de todos, y con el encanto del sello vintage chic para hacer de ese día uno inolvidable.