Si hay una tendencia en vestidos de novia que adoramos, esas son las flores: en 2011, el ramo de orquídeas, jazmines o rosas deja de ser el protagonista para dar paso a un auténtico a inmensas faldas de inspiración princesa, cuajadas de maxiflores de la cintura a los pies. Detalles en tres dimensiones, que ‘salen’ literalmente del vestido, y que recogen la tendencia floral de hace algunas temporadas, multiplicándola por mil hasta convertir los diminutos apliques y pétalos bordados, presentes en muchas de las colecciones de 2010, en auténticos jardines de organza, tul y seda salvaje.
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Nuestros favoritos: las románticas creaciones de la incombustible Monique Lhullier, vistas sobre la pasarela de la semana de la moda nupcial neoyorquina, y que aparecen plagadas de enormes volantes enroscados y acabados rizados, elaborados de tejidos ligeros y etéreos, imitando grandísimas rosas de dimensiones XL que no pasan desapercibidas. ¿Quieres ver más? No te pierdas la galería de fotos.