Algo tienen las bodas reales que cuentan con una magia especial, capaz de traspasar la pantalla del televisor o las páginas de las revistas: cuando las Princesas y Príncipes europeos pasan por el altar, lo hacen convirtiéndose en protagonistas de enlaces de cuento de hadas, rodeados de escenarios increíbles, joyas y tesoros centenarios, y espectaculares vestidos, confeccionados en secreto por reconocidos maestros de la costura.
El esperado enlace entre la única Princesa Heredera a un trono en todo el mundo el pasado 19 de junio no iba a ser menos: la hija primogénita de Carlos XVI Gustavo y de Silvia de Suecia le daba el 'sí quiero' a su prometido, Daniel Westling, en una emocionante y tierna ceremonia celebrada en la catedral de Estocolmo, tras una larga y difícil relación de ocho años. Victoria de Suecia, escogida por nuestras lectoras como la más guapa de todo 2010 por delante de otras grandes favoritas como Tatiana Blatnik o Laura Vecino, eligió como diseñador para su gran día al sueco Pär Engsheden, quien confeccionó para ella un exclusivo modelo en seda duquesa satinada, con manga corta y cuello de escote barco. La impresionante cola, de cinco metros de longitud, estaba ribeteada y sujetada a la cintura con un fajín abotonado, y cubierta con un velo dispuesto en la misma forma.
Como complementos, Victoria de Suecia se decantó una pareja de zapatos de la Maison Roger Vivier, creados especialmente para ella, y una de las joyas mas especiales del tesoro real sueco: la espectacular Tiara de Camafeos, la misma con la que se casó su madre en 1976, elaborada en oro, perlas y siete camafeos engarzados, a juego con los pendientes. Un conjunto de piezas magnifico y muy original, que remataba el look despejado, natural y radiante de la joven Princesa sueca, cuyos esponsales ya forman parte de la historia de las Casas Reales europeas.