Desengáñate, el 'hazlo tú misma' está a la orden del día, y más cuando se trata de recortar gastos. Reciclar con una boda 'eco', darle un toque vintage a nuestro look con un vestido con historia, crear tus propias invitaciones, hacer regalos unisex... El ingenio es el mejor arma para combatir la crisis: por eso, si eres un poco mañosa y no te asusta crear tu propio look, no te lo pienses. Con unos consejos sencillos, conseguirás estar radiante como la que más, por muy poco. ¿Quieres saber cómo? Comparte secretos con nuestras lectoras y sigue nuestros tips.
Lleva una cuenta atrás precisa, igual que haría una esteticista. El make up de la novia no se reduce sólo a cómo te apliques la sombra de ojos o elijas el color de la barra de labios. Los preparativos de tu look empiezan mucho antes, especialmente si quieres preparar tu piel a fondo para que brille con luz propia.
Piensa a largo plazo: ¿Quieres un recogido-joya? ¿Un moño alto? ¿O quizá unos rizos cayendo en cascada por tu espalda? Sea como sea, lo más probable es que, para cuando llegue el gran día, necesites que tu cabellera tenga un largo determinado y un aspecto brillante, así que un año antes, comienza a dejarla crecer y aplica productos de cuidado diario para mantenerla hidratada. Una boda es una carrera de fondo...
Lleva tu propio lookbook. En estos meses, es habitual acabar con pilas y pilas de revistas y recortes amontonados en el cuarto de estar. No lo dudes: cada vez que encuentres un look que te enamore, archívalo para la posteridad. Ya tendrás tiempo de volver a él cuando estés buscando el más apropiado para ti.
Visita stores especializados en productos de belleza y pide consejo. En muchos de ellos realizan cursos o pases donde analizan gratuitamente el estado de la piel, y algunos incluso imparten clases de maquillaje donde puedes aprender útiles consejos profesionales acerca de tu tono natural o cómo iluminar tu mirada en función del color de tus ojos.
Importantísimo: el cuello, y más si tienes pensado lucir un escote halter o palabra de honor, es tan importante como el rostro. No te olvides de él.
Un mes antes, comienza a practicar con estilismos sencillos. Consulta revistas, y no te olvides de los tutoriales en Internet: son gratis, y muchos cuentan con videos on line donde te explican, paso por paso, cómo lucir este o aquel look. ¿Has fichado el peinado de una celebrity? Rebusca en la red: seguro que alguien ya lo ha copiado para ti. ¡Internet es toda una fuente de inspiración!
Aunque el objetivo es ahorrar, nunca está de más darse un capricho y ponernos en manos expertas: dos semanas antes de la boda, regálate una sesión de puesta a punto con tu peluquera habitual (fundamental si llevas el cabello teñido o con mechas), y solicita un tratamiento hidratante intensivo para tu pelo.
Uñas, cejas, depilación... Espera a los dos últimos días previos a la boda para dedicarte a ellos.
Última hora: recuerda que menos es más, así que a la hora de diseñar tu maquillaje, evita siempre los excesos, y apuesta por los tonos neutros, cercanos a tu color natural de piel. Olvídate de las barras de labios demasiado oscuras en favor del gloss (mucho más fácil de retocar cuando hayas dado mil y un besos), e invierte en una buena máscara de pestañas waterproof que te salve del desastre total en caso de que se te escape alguna lagrimita. La noche antes de la boda, date un buen baño relajante, y procura dormir al menos ocho horas para que tu aspecto sea el de una novia diez.