Barcelona Bridal Week: Victorio & Lucchino y José Maria Peiró
Un cierre de lujo a la segunda jornada de desfiles de Pasarela Gaudí Novias
El 'efecto plisado' fue la estrella a lo largo de toda la jornada de desfiles de ayer, aunque en ninguno con tanta fuerza como el de Victorio & Lucchino: los sevillanos se dejaron llevar por la magia de la literatura, convirtiendo la pasarela en una auténtica biblioteca. Pilas de incunables, escritos antiguos, tocados de los que se escapaban páginas manuscritas, y, lo más importante, impresionantes vestidos de novia en colores vainilla y marfil vintage, donde los ingeniosos plisados se abrían y cerraban a cada paso, como las páginas de un antiguo cuaderno de poemas.
No faltaron, por supuesto, los detalles 'a la española' que hacen inconfundibles sus vestidos nupciales temporada tras temporada: cortes sirena, mantillas bordadas de encaje, bajos rizados de sabor flamenco.... además de alguna que otra creación pensada para las novias más frioleras, como los abrigos y sobrevestidos de manga campana, los vestidos que sustituyen el escote palabra de honor por un discreto cuello chimenea, o los tejidos de más peso y caída, como los mikados o la seda salvaje.
El desfile del dúo, además, fue el primero de esta convocatoria en presentar moda de novio, con propuestas muy desenfadadas (corbatas metalizadas, ausencia de chaleco, camisa negra a juego con el traje, chaquetas slim-fit, solapas redondas...), hasta el clásico chaqué en color gris, acompañado de sombrero de copa, guantes y pajarita.
La firma de José Maria Peiró fue la encargada de 'echar el cierre' a la Fira de Barcelona, con una colección inspirada cien por cien en la naturaleza, pensada para aquellas novias que busquen un entorno único para casarse, como una boda celebrada bajo los rayos del sol de Ibiza, una masia del Ampurdán, un pazo en Galicia o un cortijo andaluz. Para ello, la firma reniega de todo lo acrilico y envuelve la silueta femenina únicamente con tejidos naturales: tules de seda, linos, crochettes, chantillys con bordados de algodón... todo ello impregnado de blancos naturales, como el marfil o el champán.
Bajo la atenta mirada de Custo Dalmau, que siguió el desfile desde el front-row a pesar de ser el último del dia, el diseñador permaneció fiel a su propio estilo: entre sus propuestas no faltaron las flores de gasa, los boleros, los escotes-gargantilla, los detalles bordados en cristal o los velos anudados a las muñecas, que hacen sus colecciones reconocibles a simple vista.