Si la temporada pasada la colección de Model Novias se dejaba llevar por los aires orientales de países tan evocadores como la India o Tailandia, en su nueva propuesta, la firma gallega mira hacia las tradiciones de su tierra natal, inspirándose en elementos imprescindibles de la vida de su director creativo, Franco Quintáns. Los acantilados, las costumbres ancestrales, el traje regional, los encajes de Camariñas o la llovizna de Galicia se asoman a los vestidos, en forma de tules, encajes, tafetas o rasos de seda.
Los tejidos se drapean y abullonan esculpiendo la silueta femenina mediante grandes volantes de organza y gasa, que se 'escapan' de la falda, simulando las olas que rompen sobre las rocas. Vestidos cuajados de amapolas silvestres de arriba a abajo, y faldas que recuerdan a las faltriqueras, los mantelos y las basquinas gallegas, en tres colores: rojo, blanco y negro, respetando siempre el total look en sus tres versiones. El detalle más chic: las medias bordadas con flores de cristal, superpuestas sobre zapatos peep-toe, dejando escapar únicamente el espacio para el tacón.
Al ritmo de The Smiths y ACDC las hermanas Yolanda y Cristina Pérez, Yolan Cris, han presentado la colección más rockera y sexy de esta edición: bajo el título Montmartre je t'aime, los vestidos para 2011 del dúo se inspiran en el art decó de principios del siglo XX, dibujando hasta cinco líneas diferentes dentro de la misma colección. Creppe satin para las creaciones cubiertas de pedrería inspiradas en Madeleine Vionet, organzas y tules estampados en tonos pastel para los modelos que recuerdan a los primeros Lanvin, románticos chantillys de aire vintage en tonos avellana, con flecos y godettes de tul para homenajear a Poiret... Looks plagados de bordados y repujados, donde el toque sexy lo han puesto los vestidos minis (muy minis), con largas colas a la espalda, y escotes de vértigo.
El momento más especial: las novias rockeras, que ya 'asaltaron' la pasarela en el desfile del año pasado, esta vez ataviadas con minifaldas de tul, chalecos militares con grandes botones dorados, aplicaciones metálicas, cadenas, pantalones pitillo en color blanco nuclear y tocados de pedrería en forma de piruleta de corazón, y que han desfilado a ritmo de una, tres y hasta seis modelos de una sola vez.