No nos cabe duda: una de las temáticas preferidas entre las wedding planners a la hora de dar coherencia a todos los detalles de una boda es la estacional. Ya te cases en una fragante tarde de primavera, bajo el sol del verano en una playa, al amparo de las hojas secas en otoño o con un fondo nevado en invierno, utilizar la paleta cromática de la estación elegida como punto de partida es una manera perfecta de hilvanar cada pequeño detalle, y que todo parezca fluir a la perfeccion dentro del mismo escenario, sin estridencias ni salidas 'de tono': flores, vestido, invitaciones, pastel, damas de honor, recordatorios, servilletas, centros de mesa...
La primavera, que además es la encargada de dar el pistoletazo de salida a la temporada alta nupcial, es una de las estaciones más agradecidas a la hora de 'empastar' colores. Tras los largos y fríos meses de invierno, en los que el blanco es el protagonista absoluto, la primavera entra de lleno con una paleta donde los pasteles predominan sobre las gamas más brillantes o intensas: vainilla, menta, verde lima, rosa palo, lavanda... Colores suaves que se funden con la estación, y que, por sus tonos mucho más suaves y rebajados en intensidad que los del verano u otoño, permiten incorporar a los fondos de color diminutos motivos ornamentales, como lunares o finísimas rayas.
Claro que si la gama pastel no es lo tuyo, no te preocupes: las miles de variedades de flores que en esta época de año adquieren su tonalidad más viva y resplandeciente permiten incorporar interesantes contrastes en tonos ácidos como el verde sobre turquesa, melón, blanco perla o amarillo. Todo un universo de posibilidades con el que experimentar, respetando siempre las luminosas gamas de la primavera.