Al igual que hiciese en la última edición de la Cibeles Madrid Fashion Week, el maestro costurero Francis Montesinos no ha querido dejar pasar la ocasión de presentar una colección de vestidos, en esta ocasión de novia, fuertemente arraigada a las tierras y raíces españolas.
A ritmo de guitarra, las modelos han desfilado envueltas en sus propios velos, como si de un auténtico mantón se tratase. Una original y castiza opción a tener en cuenta a la hora de darle una vuelta al más tradicional de los complementos de la novia, que en esta ocasión se remata con profusos bordados en encaje y volantes. Escotes palabra de honor, brocados y los ya recurrentes cristales de Swarovski (no han faltado a ninguno de los desfiles de la convocatoria hasta el momento) y bordados de pedrería en la cintura y el hombro, conviven con la clásica manga francesa y los cuerpos drapeados ultraceñidos, extremadamente femeninos.
El diseñador Joaquím Verdú ha desfilado inmediatamente después del valenciano. Líneas sencillas y sin estridencias, con faldas que se estructuran en capas de volantes recordando el clásico corte tulipán, que se actualizan mediante estrechos fajines en color oro, con adornos de pedrería en tonos marfil. El tercero en discordia en este desfile combinado ha sido el modisto Franc Sarabia, quien ha dividido su desfile en dos partes, de acuerdo a sus colecciones de novia y fiesta.
Rosa palo, violeta, coral, naranja y gris perla visten a las madrinas e invitadas de 2010, que lo mismo optan por un sofisticado conjunto en dos piezas de falda brocada y abrigo tres cuartos a juego, que por un look de noche, largo hasta los pies. Sorprenden sus propuestas de gasa en degradé, y, una vez más, los cristales, piedras y strass hacen su aparición, tanto en forma de bordados como de broches sujetando las mangas.