Sorprendente ha sido el aire que el nuevo diseñador de la firma Model Novias, Franco Quintáns, ha imprimido a la nueva colección de la casa de vestidos de novia. Influencias tibetanas, con tejidos ricos y de inspiraciones orientales, han impregnando todas y cada una de las piezas de fiesta y novia para 2010. Sin duda una propuesta fresca y diferente dentro del universo de la confección nupcial: la vestimenta tradicional tibetana de los pastores nómadas se asoma en forma de trajes coloristas, tejidos ricos propios de un auténtico sari hindú, brillantes cuentas en coral y turquesa, a modo de aplicaciones y pasamanería, y exquisitas piezas en piel de visón.
Las mangas y el cuello se envuelven con malla bordada de cristales de Swarovski y perlas, y los corpiños, escotes y mangas se estructuran adquiriendo las dimensiones arquitectónicas de una pagoda. Una confección trabajosa y labrada, que contrasta con las faldas de bajos abullonados y los profusos bordados en forma de camelia, que se mantienen como línea de continuidad entre todas las piezas, dando vida no solo a los vestidos, sino también a los tocados y complementos de brillantes colores, como símbolo de unión entre el continente asiático y la Galicia natal del diseñador.
Plumas, paillettes, fajines, drapeados... Todo un lujo para los sentidos, que ha tenido un broche de oro de excepción de la mano de la modelo Susana Méndez, que ha protagonizado la recreación de una leyenda del Himalaya acompañada de dos bailarines, y ataviada con un espectacular vestido-joya de novia totalmente transparente, bordado enteramente de cristal.