Un rostro fresco y natural, que refleje toda la felicidad del mundo, es sin duda el objetivo de cualquier novia a la hora de enfrentarse con su maquillaje. Ya demos el sí en una hermosa playa bajo los cálidos rayos del sol, o en una capilla cerrada en pleno invierno, el maquillaje nupcial deberá aguantar desde las lágrimas más inoportunas hasta los persistentes besos de los invitados. Por eso, los profesionales del equipo Max Factor han elaborado una serie de claves para estar radiantes y sin esfuerzo durante todo el día.
- Si mi vestido es...
Aunque hoy en día es habitual encontrar vestidos que se salen de los clásicos blanco y crudo, estos dos tonos siguen siendo los reyes indiscutibles entre los enlaces tradicionales y protocolarios: mientras que los colores ácidos permiten jugar con un maquillaje más sofisticado, los vestidos más conservadores requieren una paleta que no se aleje de los tonos rosa, pastel y tierra. Encontrar un maquillaje que se ajuste a la perfección al tono de nuestro vestido es fundamental, especialmente si se busca un look fresco y sin grandes contrastes. - Invierno, verano, otoño o primavera
Si el otro día hablábamos de la importancia de elegir bien la fecha de la boda, esta elección sin duda resulta decisiva a la hora de prevenir posibles imprevistos relacionados con el maquillaje. Las novias que se decanten por celebrar su boda en pleno invierno, por ejemplo, deben contar con que en esta época del año la piel luce mucho más pálida, y es habitual que las ojeras y los granitos se marquen más. La base, el corrector y el colorete se convierten en imprescindibles a la hora de dar nuestra mejor cara, y conseguir un rostro saludable y lleno de luz. Su mejor aliado: una barra de labios ultrahidratante, fundamental para mantener los labios suaves frente al frío. Las novias que se casen en verano, por el contrario, cuentan con la ventaja de tener un tono natural más fresco, y pueden concentrar el grueso de su maquillaje en iluminar la mirada. Su mejor aliado: los polvos antibrillos, tan importantes ese día de verano como la propia alianza. - Un entorno, un maquillaje
No es lo mismo casarse a mediodía en un jardín al aire libre que a las siete de la tarde en una capilla. Las novias que elijan la primera opción no deben olvidar aplicar una base de maquillaje con filtros solares, que proteja su piel de posibles rojeces. Si por el contrario van a pasar la mayor parte del día en sitios cerrados, las bases rosáceas resultan más favorecedoras. - Los imprescindibles de última hora
Lo más normal es que los nervios previos a la boda hagan aparecer desde un inoportuno granito hasta manchas o pequeñas irritaciones. Un poco de corrector y algo de polvos los mantendrán a raya durante todo el día. No olvide beber mucho agua para que el cutis se mantenga fresco y el maquillaje luzca más luminoso y bonito. Y en lo que respecta a ojos y labios: decántese siempre por una máscara de pestañas waterproof (no importa lo serena que se esté ese día, al final las lágrimas aparecen en el momento más inesperado), y tenga a mano unos pañuelos de papel suave con los que poder secar los ojos sin levantar el maquillaje. La barra de labios, a la que acudiremos varias veces a lo largo de la jornada para retocar y mantener los labios perfectos, deberá ser también de larga duración.
Ya sólo le queda disfrutar de su gran día... ¡sonría!