De Cenicienta a Princesa
Descubra algunas de las claves para acertar con su zapato de novia
Aunque no destaquen tanto como el vestido, el ramo o el velo, los zapatos son un elemento fundamental en el atuendo de cualquier novia, y es importante elegirlos con cuidado. Dejando a un lado la forma que tengan o lo bonitos que puedan ser, lo más importante que hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar el calzado nupcial es una única premisa indispensable: comodidad.
La ceremonia, el banquete, la sesión de fotos, la recepción de invitados, el baile... la jornada nupcial da para mucho, y es necesario que los zapatos se ajusten a la perfección al pie y no resulten molestos ni hagan daño. Unos zapatos con varios centímetros de tacón estilizan la figura y favorecen la caída natural del vestido, pero pueden convertirse en una auténtica tortura pasadas las primeras horas. Un buen truco para evitar este problema es disponer de dos pares de zapatos con tacones de diferentes alturas (para el enlace y para el banquete), o escoger una versión de calzado más cómoda. Las bailarinas, los zapatos con cuña o las sandalias de tacón bajo, de máxima tendencia esta temporada, son perfectos a la hora de afrontar las largas horas de ese día tan especial, y resultan mucho más funcionales a la hora de reutilizarlos en el futuro.
Además de la horma, el zapato de novia debe reflejar el estilo personal de cada una: acabados en punta afilada o semirredonda, con hebillas estilo Mary-Jane, peep-toes de piel envejecida, botines forrados en raso, sandalias de strass, encajes, bordados, pedrería... existen infinidad de modelos, a cada cual más vanguardista, que pueden ajustarse a todos los gustos sin necesidad de hacerlos a medida.
Por último, a la hora de seleccionar el calzado nupcial es importante tener en cuenta detalles como la fecha o el lugar donde se celebra la boda, ya que los tacones más finos pueden ser un problema para caminar sobre determinadas superficies (jardines, arena de playa, grava...), del mismo modo que no todos los zapatos cerrados ni sandalias sirven igualmente para invierno o verano. A la hora de elegir el color, lo mejor será buscar un zapato que se acerque a los tonos del vestido. Una apuesta segura, fuera del blanco roto, el crudo o el marfil, suelen ser el champán, oro y plata, que dan un toque muy sofisticado a las sandalias y zapatos cerrados.
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Además de la horma, el zapato de novia debe reflejar el estilo personal de cada una: acabados en punta afilada o semirredonda, con hebillas estilo Mary-Jane, peep-toes de piel envejecida, botines forrados en raso, sandalias de strass, encajes, bordados, pedrería... existen infinidad de modelos, a cada cual más vanguardista, que pueden ajustarse a todos los gustos sin necesidad de hacerlos a medida.
Por último, a la hora de seleccionar el calzado nupcial es importante tener en cuenta detalles como la fecha o el lugar donde se celebra la boda, ya que los tacones más finos pueden ser un problema para caminar sobre determinadas superficies (jardines, arena de playa, grava...), del mismo modo que no todos los zapatos cerrados ni sandalias sirven igualmente para invierno o verano. A la hora de elegir el color, lo mejor será buscar un zapato que se acerque a los tonos del vestido. Una apuesta segura, fuera del blanco roto, el crudo o el marfil, suelen ser el champán, oro y plata, que dan un toque muy sofisticado a las sandalias y zapatos cerrados.