Si hay algo que sigue intacto en estos tiempos que corren es la pasión y el amor por la música. Melodías que hacen soñar a miles de personas, letras que provocan todo tipo de sentimientos, bailes que invitan a moverse… no hay nada que los fans de un artista no estén dispuestos a sacrificar. Tiempo y dinero no son problema, ni tampoco dormir a la intemperie o ahorrar durante meses para pagar la entrada de un concierto. Y es que cuando se trata de ver de cerca a tu ídolo no existe la palabra crisis. Esta teoría ha quedado de sobra demostrada estos días con dos buenísimos ejemplos de lo vivo que está el fenómeno fan en nuestro país.
A las puertas del auditorio Rocío Jurado de Sevilla acampan, desde el pasado lunes, un buen grupo de jóvenes que tienen un objetivo claro: lograr el mejor sitio en el concierto que Pablo Alborán dará el sábado. “Seguir a Pablo Alborán es como un trabajo” aseguró una de ellas a Abc y es que tan organizadas están, que incluso han hecho turnos para cubrir todas las horas del día y no perder su sitio. Estudiantes, trabajadoras, novios dispuestos a complacer a sus parejas… en la cola hay de todo, incluso una joven que ha viajado desde Texas sólo para corear ese Te he echado de menos.
Más de una semana tendrán que esperar los seguidores de One Direction así que más les vale tener mucha paciencia. La banda recalará en Madrid y Barcelona en julio del año que viene, pero los que quieran ir a su cita en la capital española lo tendrán complicado si no se han dado prisa. Y es que aunque faltan aún nueve meses para que se suban al escenario del Vicente Calderón, los tickets ya están agotados y eso que el precio medio son 60 euros (aún hay para el concierto de Barcelona). Es tanta la pasión de los aficionados españoles por el grupo británico que este volverá apenas un año después de haber tocado ya en nuestro país (estuvieron en mayo de 2013).
¿Quién dijo crisis cuando se trata de disfrutar a tu estrella preferida? ¿Qué locuras has hecho tú por tu favorito?