Paris Jackson, una adolescente superada por las circunstancias
La joven, según fuentes familiares, está atravesando una depresión
La infancia de los hijos de Michael Jackson ha sido por completo diferente a la de cualquier chico de su edad. En vida de su padre, estaban por completo alejados de los medios de comunicación, recibían clases en casa y ni siquiera se conocían sus rostros, dado que cada vez que salían iban cubiertos por una máscara. Les faltó además siempre una figura materna puesto que desde que el artista se separara de Debbie Rowe, en 1999, los niños no volvieron a tener trato con ella (nunca trascendió el nombre de la madre del pequeño Blanket que no es hijo de Debbie). Sin embargo, su situación cambió de modo drástico tras el repentino fallecimiento del cantante, del que este 25 de junio se cumplen cuatro años.
La exposición al público fue inmediata y no sólo eso sino que su estilo de vida sufrió un cambio radical. Comenzaron la escuela, cambiaron sus hábitos y se convirtieron en habituales de las redes sociales, sobre todo Paris que es muy activa en Twitter y acaba de inaugurar un canal en Youtube, un universo en el que están expuestos a todo tipo de comentarios, algo que hasta el momento no habían experimentado. Esta etapa de cambios ha llegado para la joven Paris en plena adolescencia, momento en el que ha decidido además retomar la relación con su madre, con la que se le ha visto en varias ocasiones recientemente.
La familia se encuentra asimismo en medio de otro juicio, ya pasaron los niños por el primero contra el doctor Murray acusado de provocar la muerte de su padre. Ahora la madre del artista, Katherine, con la que viven los chicos, acusa a la promotora AEG Live de ser responsable civil del fallecimiento del artista, un proceso en el que Paris podría tener que sentarse en el banquillo. Tal vez hayan sido todos estos aspectos, unidos claro a que Paris sigue echando mucho de menos a su padre, como asegura la familia, los que hayan influido en el estado de ánimo de la joven.
Fuentes cercanas a la familia han declarado a la revista People que Paris está atravesando una depresión, una situación complicada que la ha llevado desgraciadamente a una situación límite. Guapa, inteligente, con muchas inquietudes y amigos, con una idea clara de que quiere ser actriz… parecería que no le falta nada para ser feliz. Sin embargo, sí le habría faltado quizá el apoyo de los que la rodean y es que se dice que su acercamiento a su madre ha provocado un alejamiento con quien mejor puede comprender los cambios por los que ha pasado en los últimos años, su hermano mayor Prince. Su situación familiar tampoco es del todo favorable, dados los enfrentamientos que existen en el seno de los Jackson y el reciente cambio en el régimen de su custodia, que ahora comparten su abuela Katherine y su primo Tito Joe Jackson.
Abrumada tal vez por lo que la rodea y superada por las circunstancias en las que se encuentra, ha tomado la peor decisión posible, por lo que ha tenido que ser ingresada en un hospital de Los Ángeles tras autolesionarse. Los abogados de la familia explicaron en un comunicado que la joven evoluciona favorablemente, se encuentra “bien físicamente y recibe la atención médica adecuada". "Ser una adolescente de 15 años sensible es difícil independientemente de quien seas. Es especialmente difícil cuando pierdes a la persona más cercana a ti. Por favor respeten su privacidad y la de su familia", añadieron los letrados en el documento.
El cuerpo de policía de Los Ángeles confirmó que acudió a la residencia de la joven, ubicada en Calabasas, en torno a las 2:00 de la madrugada del miércoles, hora local, y llevó a Paris a un hospital cercano en ambulancia. Poco antes de que se produjera la llamada de emergencia, había escrito en su perfil de Twitter: "Ayer todos mis problemas parecían estar lejos... Ahora parece que vuelven para quedarse". También aparecía la siguiente frase: "¿Me pregunto por qué las lágrimas son saladas?". Parece que el detonante que habría provocado una decisión tan drástica habría sido que le negaran el permiso para ir a un concierto de Marilin Manson, apenas una gota de agua en el mar de una tristeza demasiado honda desgraciadamente para una persona tan joven.