Fue una de las grandes pérdidas de la música española, de la que se han cumplido ya diecisiete años. Antonio Flores falleció el 31 de mayo de 1995 dejando un enorme vacío en su familia, muy afectada entonces por la pérdida de la matriarca, Lola, sólo quince días antes. Sin embargo, las melodías y la personalidad de Antonio han quedado grabadas en la memoria de sus amigos más cercanos y de sus incondicionales. En el marco del Rastrillo Nuevo Futuro, que se celebra estos días en Madrid, se organizó un homenaje en memoria del artista español en el que no faltó, como no podía ser menos, la música.
Su hermana Lolita, acompañada y arropada en este emotivo momento por su marido, el actor Pablo Durán, y su hjia Elena Furiase, ejerció de anfitriona de la ocasión. Elena lució su renovado peinado, un corte radical bastante alejado de su larga melena y al que ha tenido que acostumbrarse por exigencias del guión de su nuevo proyecto, el spin-off de Amar en tiempos revueltos. Ella fue una de las que aplaudió el arte de su madre, que en un momento de la velada no dudó en arrancarse a bailar y cantar.
Entre el grupo reunido en el evento estaban Antonio Carmona y su mujer Mariola Orellana, muy buenos amigos de la familia Flores, y también Charo Reina e Irene Villa, que acudió con su marido Juan Pablo y su bebé Carlos, de apenas cuatro meses de edad.
Esta nueva edición del Rastrillo, por la que un año más desfilan numerosas caras conocidas, abrió sus puertas el pasado 23 de noviembre y las mantendrá así hasta el próximo 2. Esta celebración ha estado envuelta en una tensa polémica entre la infanta Pilar y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Al parecer, ésta última ordenó que se cerrara la instalación de La Pipa de la Casa de Campo un día antes de la inauguración, algo que evitó la infanta Pilar con ayuda de operarios del Ayuntamiento.