Cuatro años de cárcel ha sido finalmente la sentencia que se le ha impuesto al doctor Conrad Murray por la muerte de Michael Jackson, la máxima pena en casos de homicidio involuntario. Dos semanas después de haber sido declarado culpable, se ha conocido la pena que tendrá que cumplir el médico personal del cantante, aunque expertos legales aseguran que probablemente sólo permanezca en prisión la mitad del tiempo, es decir, dos años. Esto ocurre debido a las regulaciones del estado de California que, para evitar el hacinamiento carcelario, reservan el espacio en las prisiones estatales a los criminales más peligrosos. Incluso se dice que podría cumplir parte de su condena en arresto domiciliario, con un dispositivo electrónico. De momento el médico ha ingresado en prisión y estará obligado además a pagar una indemnización a los hijos de Jackson, cuya cuantía no se ha hecho pública todavía.
Durante la lectura de la condena, una vez más la sala estuvo abarrotada. Los padres de Michael, acompañados de varios de sus hermanos como LaToya o Jermaine, escucharon la decisión. Poco después de hacerse pública la pena, Katherine, la matriarca, aseguró que no le parecía “suficiente”. “Cuatro años no me devolverán a mi hijo, aunque al menos obtuvo el máximo. Creo que el juez ha sido muy, muy justo y se lo agradezco” añadió. Decenas de personas se agolparon a las puertas de la corte de Los Ángeles y estallaron en gritos de alegría, haciendo el símbolo de la victoria con los dedos y manifestando su satisfacción por el resultado.
El juez Michael Pastor le dijo al médico, que mantuvo el gesto serio e inexpresivo que ha tenido durante todo el proceso –sólo lo rompió para mandarle un beso a su madre antes de ser trasladado a la cárcel-, que había manifestado una “horrible violación de la confianza” depositada en él durante su tratamiento al cantante. La fiscalía, que ha mantenido durante todo el proceso que el médico, que recibía una cuantiosa suma de dinero a cambio de sus servicios, fue negligente en sus tratamientos y alimentó las adicciones del artista por los calmantes y sedantes, mostró fragmentos de una entrevista que dio el facultativo hace pocos días en la que declaró: “No me siento culpable porque no hice nada malo”.
El magistrado leyó además un documento firmado por los Jackson, antes de dar a conocer su decisión, en el que aseguraban que no pedían “venganza”. “Le pedimos con respeto que imponga una sentencia que les recuerde a los médicos que no pueden vender sus servicios al mejor postor ni dejar a un lado su juramento hipocrático para así no hacer daño”.