Es uno de los afortunados que puede presumir de llevar treinta años sobre los escenarios y seguir haciendo disfrutar a su público y una prueba de ello ha sido el último concierto que ha ofrecido, en San Lorenzo de El Escorial. Para Bertín Osborne este lugar es muy especial porque estuvo estudiando allí una temporada y allí comenzó su carrera musical: “He estado interno en el monasterio y además aquí empecé a cantar, en el Festival de El Escorial. Por eso ha sido muy bonito y además todos han estado cantando. Creo que la gente se lo ha pasado bien”, decía el cantante al bajar del escenario.
Este verano está siendo muy especial para Bertín, ya que dos de sus hijas le han dado la feliz noticia de que están embarazadas. Eugenia, que se casó el pasado mes de abril, espera su primer hijo, mientras que Alejandra, que ya tiene un hijo, espera mellizos. “Alejandra no se lo esperaba y Eugenia tampoco, porque no pensaba tener niños hasta dentro de un par de años”, cuenta Bertín. A él le gustan mucho los niños y vive volcado, además de en sus tres hijas mayores, en sus dos pequeños, Kike y Carlos: “Mi hijos están para comérselos. Carlitos está hecho un animal de grande, se ha puesto guapísimo, está simpatiquísimo y con un coco especial. Está fenomenal, es un tío muy curioso”. Sin embargo, asegura que aunque le gusten mucho los niños, él y su mujer, Fabiola Martinez, no van a tener más y bromea diciendo: “Ni de broma. Ya no, que si no voy a parecer Papuchi”.
El cantante y su mujer viven ahora en diferentes ciudades, pero hacen todo lo posible por verse y Bertín asegura que esto no significa que estén atravesando una crisis: “A mí me horroriza vivir en Madrid, y soy de Madrid. Pero ella quiere vivir en la capital porque cree que es mejor para nuestros hijos por los colegios. Claro que hemos tenido discusiones por esto, preguntadle a ella que está ahí. Discutimos como todos los matrimonios, pero ahí seguimos”.