La revista ¡HOLA! de esta semana les ofrece un reportaje sobre el estado en el que está la pugna por la herencia de Rocío Dúrcal, que enfrenta a su viudo Junior y a sus hijos mayores desde hace más de tres años, aunque no fue hasta enero de 2009 cuando estos decidieron llevar a su padre ante los tribunales. El último capítulo de esta batalla judicial se ha escrito ahora y es que Junior, obligado por la ley, tiene que incluir a su hija menor Shaila en el procedimiento abierto contra sus otros hijos, Antonio y Carmen, tras llevarlos ante los tribunales.
Hasta ahora Shaila había intentado mantenerse al margen de este tema, intentando ejercer de mediadora entre su padre y hermanos para que solucionaran sus diferencias, aunque finalmente tuvo que allanarse a la demanda de sus hermanos (por considerar que una parte de los bienes de su madre no habían sido incluidos en la masa hereditaria). Meses después, Junior hizo público que había demandado a sus hijos; que había solicitado que se incluyeran los bienes que su mujer les donó pocos días antes de su muerte y que había exigido la rescisión del reparto inicial por entender que sus derechos se lesionaban más de la cuarta parte. Junior manifestó entonces que había dejado al margen de la demanda a su hija Shaila, a quien ahora ha tenido que incluir en el proceso.
Desde México, la cantante, con su habitual tono conciliador, aseguraba: “Estoy segura de que todo se arreglará con mi padre”. Los tres hermanos se reunirán en la boda de Antonio Morales con Bárbara, la mejor amiga de Shaila, una ceremonia en la que Junior, que no ha sido invitado, será el gran ausente.